miércoles, 21 de septiembre de 2016

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 34.

341Moisés subió de la estepa de Moab al Monte Nebo, a la cima del Fasga, que mira a Jericó, y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan, 2el territorio de Neftalí, de Efraín y de Manasés, el de Judá hasta el Mar Occidental; 3el Negueb y la comarca del valle de Jericó (la ciudad de las palmeras) hasta Soar, 4y le dijo:
-Esta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, diciéndoles: <<Se la daré a tu descendencia. Te la he hecho ver con tus propios ojos, pero no entrarás en ella>>.
5Y allí murió Moisés, siervo del Señor, en Moab, como había dicho el Señor.
6Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor, y hasta el día de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba.
7Moisés murió a la edad de ciento veinte años; no había perdido vista ni había decaído su vigor. 8Los israelitas lloraron a Moisés en la estepa de Moab treinta días, hasta que terminó el tiempo del duelo por Moisés.
9Josué, hijo de Nun, poseía grandes dotes de prudencia, porque Moisés le había impuesto las manos. Los israelitas le obedecieron e hicieron lo que el Señor había mandado a Moisés.
10Pero ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; 11ni semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en Egipto contra el Faraón, su corte y su país; 12ni en la mano poderosa, en los terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel.

Explicación.

34 Una emoción contenida vibra apenas en esta narración escueta de la muerte de Moisés y en la especie de epitafio o memoria fúnebre que el autor le dedica. La narración empalma de cerca con 32,48-52 y lleva a conclusión otra serie de momentos, especialmente: Nm 27,12-17; Dt 3,23-28; 31,14.

34,1-3 La visión de la tierra entera es físicamente imposible. El texto dice que se la hizo ver el Señor; como en otro tiempo a Abrahán cuando se separó de él Lot; sólo que Abrahán pudo "pasearla", si no poseerla (Gn 13,15.17).

34,4-5 Aun a los 120 años la muerte es violenta, porque intrumpe el cumplimiento de la misión: el que comenzó no puede concluir. A solas con Dios, contempla Moisés la tierra y cierra los ojos llenos de la visión. El dolor y la nostalgia se expresaron antes (3,23-26). Por las palabras de Dios, Moisés no sólo contempla el espacio, sino que se asoma a la historia que él ha preparado y va a comenzar muy pronto. Al morir recibe el título "siervo del Señor".

34,6 La ignorancia contrasta con los datos puntuales de los jueces menores: Jue 10,2-5; 12,7.10.15; y más aún con el sepulcro patriarcal de Abrahán (gn 23).

34,8-11 Aunque la historia continúa y se suceden los profetas, según lo anunciado (Dt 18,15), el puesto de Moisés es único: por su misión en la liberación de Egipto y por su intimidad con Dios (Ex 33,11; Nm 12,8).

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 33.

331Bendición que pronunció Moisés sobre los israelitas antes de morir*:
2<<El Señor viene del Sinaí
amaneciendo desde Seír,
radiante desde Monte Farán,
avanza
desde Meribá de Cades.
3Delante va el favorito
de los pueblos,
a su derecha van los guerreros,
con la izquierda
rige a sus santos;
ellos se rinden a su paso
y marchan a sus órdenes.
4Moisés nos dio la ley
en herencia
para la asamblea de Israel.
5"Mi cariño" tuvo un rey,
al reunirse
los jefes del pueblo,
al unirse las tribus de Israel.
6¡Viva Rubén y no muera,
y sean innumerables
sus hombres!


7Para Judá

Para tus leales los tumim y urim.
Los pusiste a prueba en Masá*,
los desafiaste en Meribá*;
9dijo a sus padres:
No os hago caso;
a sus hermanos:
No os reconozco;
a sus hijos: No os conozco.
Cumplieron tus mandatos
y guardaron tu alianza.
10Enseñarán tus preceptos
a Jacob
y tu ley a Israel;
ofrecerán incienso
en tu presencia
y holocaustos en tu altar.
11Bendice, Señor, sus posesiones
y acepta la obra de sus manos.
Tunde los lomos a sus rivales,
que sus enemigos
no se levanten.


12Para Benjamín

Favorito del Señor,
habita tranquilo;
el Altísimo cuida de él
continuamente,
y él habita entre sus hombros.


13Para José

El Señor bendice su tierra
con el don y rocío del cielo
y con el océano acostado
en lo  hondo,
14con las mejores cosechas
del año
y los  mejores frutos del mes,
15con las primicias
de las viejas montañas
y lo escogido
de las duraderas colinas,
16con lo mejor de la tierra
y cuanto contiene
y el favor del que habita
en la zarza;
bajen sobre la cabeza de José
y coronen al escogido
entre los hermanos.
17Bello como cría de vaca,
con grandes cuernos de búfalo,
con ellos embestirá a los pueblos
y acosará a los confines
de la tierra.
Así son las miríadas de Efraín,
así son
los millares de Manasés.


18Para Zabulón

A Zabulón le gusta salir;
a Isacar, vivir en la tienda.
19Invitarán a pueblos
a la montaña
a ofrecer sacrificios legítimos,
porque explotan
las riquezas marinas,
los tesoros ocultos
de las playas.

20Para Gad
Bendito el que ensancha a Gad.
Se acuesta como una leona
y destroza brazos y cráneos.
21Escogió para sí las primicias,
el lote reservado al capi´tan.
Cumplió la justicia del Señor
y los compromisos con Israel.

22Para Dan
Dan, cachorro de león,
que salta ante la serpiente.

23Para Neftalí
Neftalí se sacia de favores
y se llena de bendiciones
del Señor,
posee el mar y su comarca.

24Para Aser
Bendito entre todos Aser,
el favorito de los hermanos,
que baña los pies en aceite.
25Con cerrojos de hierro y bronce,
con tanta fuerza como años.
26Nadie como Dios, "mi cariño",
que cabalga por el cielo
en tu auxilio,
cabalga a lomos de las nubes.
27El Dios antiguo
te ofrece morada
poniendo por debajo
sus brazos eternos,
expulsa ante ti al enemigo
y ordena: Destruye.
28Israel habita tranquilo
y apartado vive Jacob,
en tierra de grano y de mosto
bajo un cielo que destila rocío.
29¡Felicidades, Israel!
¿Quién como tú?
Pueblo salvado por el Señor,
tu escudo protector
y espada victoriosa.
Tus enemigos te adularán
y tú pisarás sus espaldas>>.


Explicación.



Se titula "bendiciones de Moisés", pero son en rigor una serie de oráculos sobre las tribus (6-25); enmarcados en dos partes hímnicas (2-5 y 26-29). Por el estilo, correspondencias y situación, este capítulo se empareja con Gn 49, sin reproches para ninguna tribu. La intención del autor está patente en el paralelismo. Moisés es un nuevo Jacob para su pueblo (cfr. Nm 11,12). Es más bien un profeta que traza el perfil y anuncia el destino de cada tribu.


Los oráculos existieron quizá como piezas autónomas del antiguo folclore. Algunos exégetas piensan que son antiguos, incluso que éste es uno de los textos más antiguos de la Biblia. Con nuestros medios no es fácil distinguir lo que es genuinamente antiguo, arcaico, de lo que es imitación arcaizante. Algunos detalles delatan el influjo de tradiciones del Pentateuco no tan antiguas; otros datos suenan como vestigios de un pasado remoto. También se pueden tomar como indicios los silencios, lo que esperamos y no hallamos. Por el texto, por el estilo imaginativo y alusivo, estos oráculos son muy difíciles de interpretar.

33,1 Bendición antes de morir: Gn 27.

La traducción es dudosa en varios versos.

33,2-5 y 26-29 Componen un himno que se ha de comparar con el Sal 68. Describe un camino celeste del Señor guiando a sus ejércitos hacia un territorio donde vivirán apartados y seguros.

33,2 El avance del Señor de sur a norte es una marcha teofánica, "radiante". Señala cuatro etapas, si aceptamos esa lectura del cuarto hemistiquio. Otra lectura es: "con miríadas de santos", que anticipa el verso siguiente (cfr. Zac 14,5; Dn 7,10).

33,3 Otra lectura, enmendando el texto: a su derecha fuego llameante, la ira abrasa a los pueblos (cfr. Sal 97,3). Nosotros hemos trasladado el último hemistiquio del v.2 para obtener el paralelismo lógico "derecha / izquierda". El favorito puede ser Israel, quien a modo de heraldo, abre la marcha profesional. Los santos pueden ser los ejércitos celestes (cfr. Sal 89,8; Job 15,15; Zac 14,5). También pueden ser los israelitas, santos por su participación en la guerra santa (cfr. Is 13,2-4).

33,4 La ley, parte de la alianza del Sinaí (cfr. Eclo 24,23).

33,5 El rey puede ser el Señor (Is 33,22; Sal 93,1; 96,10; 97,1; 99,1; 146,10). Pero puede referirse a la instauración de la monarquía. El rey unifica con nueva fuerza de cohesión las tribus, sucediendo en cierto modo a Moisés. El sal 78 termina con la elección de David (cfr. 2 Sm 5,1 "todas las tribus... a David").

33,6 Rubén era el primogénito. Quizá la petición refleje una época en que la tribu estaba en peligro de extinguirse.

33,7 Judá suplica a Dios: ¿para volver del destierro e incorporarse al resto del pueblo?

33,8-11 Los sucesos se leen en Ex 32, 27-29. Tumim y Urim son instrumentos de las suertes oraculares (Ex 28,30). Oficio de Leví es instruir en la ley (17,10; 31,9.25); no todas las tradiciones les reconocen funciones sacerdotales (Nm 16). Es sorprendente que se mencionen sus posesiones (cfr. Ez 48).

* = Prueba, Careo.

33,12 En sentido físico, los  hombros pueden ser las laderas de las montañas (Jos 15,10; 18,12.16), donde habita tranquilo. En sentido propio corporal, puede significar "a hombros, a la espalda" (1 Sm 17,6). En sentido figurado, no sabemos si alude a un rito especial o simplemente al cuidado. Otra explicación es que el Señor lo abraza y lo lleva a hombros.

33,13-16 Si Benjamín es favorito, José es privilegiado, rico de bendiciones cósmicas. Las dos grandes fuentes, la superior, por encima del firmamento, y la subterránea, de agua dulce, que aflora en los manantiales, aseguran una fertilidad inagotable.

Año y mes son en este verso hebreo sol y luna: las estaciones se relacionan con las lumbreras celestes (que se rendían a José en sueños, Gn 37,8). Montes y colinas anteceden a la presencia del hombre y de la historia (cfr. Sal 90,2).

La Zarza es el Sinaí (Ex 3,2-4), donde comenzó la marcha (v.2).

33,17 Para la imagen véase un oráculo de Balaán, Nm 23,22. Benjamín era el segundo, pero fue nombrado primogénito (Gn 48, 13-15). Manasés era el primogénito, pero fue relegado al segundo puesto. Manasés es aquí diez veces menos numeroso que Efraín.

33,18-19 Zabulón tenía vocación marinera de pescador, "sale" al mar; Isacar era labrador, se queda dentro. Ambos se reúnen en un santuario común, quizá en el Tabor, adonde invitan a gente de otras tribus.

33,20-21 Gad habitaba en Transjordania. Cumplió sus compromisos luchando junto a las otras tribus (32). Su extenso territorio se puede considerar como primicia, porque lo ocupó antes que las demás.

33,22 Dan era la tribu más septentrional, después de su migración desde la costa (Jue 17-18). El oráculo parece exaltar el valor de la tribu. Algunos traducen como topónimo: Basán (que no fue territorio de Dan).

33,23 Se refiere al lago de Genesaret. Neftalí se enriquece con la pesca y la agricultura.

33,24-25 Galilea era rica en olivares; para la expresión véase Job 29,6. Hierro y bronce representan las ciudades fortificadas.

33,26 Sin mencionar a Simeón, pasa a la segunda parte del marco hímnico. Para las imágenes: Sal 18,11; 68,34; 104,3; Hab 3,8.

33,27 Antiguo: en su ser (Sal 90,1), aunque manifestado en la historia. Destruye: es la orden de 7,1-6 y paralelos.

33,28 Como en el oráculo de Balaán: Nm 23,9. Compárese con la bendición de Gn 27,28. 

33,29 Títulos litúrgicos provenientes de la guerra sagrada.

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 32.

Cántico de Moisés


321<<Escuchad, cielos, y hablaré;

oye, tierra,
los dichos de mi boca;
2descienda como lluvia
mi doctrina,
destile como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como orvallo sobre el césped;
3voy a proclamar
el nombre del Señor:
reconoced la grandeza
de nuestro Dios.
4Él es la Roca,
sus obras son perfectas,
sus caminos son justos;
es un Dios fiel, sin maldad,
es justo y recto.
5Hijos degenerados,
se portaron mal con él,
generación malvada
y pervertida.
6¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿No es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?
7Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre
y te lo contará,
a tus ancianos y te lo dirán:
8Cuando el Altísimo
daba a cada pueblo su heredad,
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras
de las naciones,
según el número
de los hijos de Dios,
9la porción del Señor
fues su pueblo,
Jacob fue el lote de su heredad.
10Lo encontró
en una tierra desierta,
en una soledad
poblada de aullidos;
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como
a la niña de sus ojos.
11Como el águila
incita a su nidada
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
12El Señor sólo los condujo,
no hubo dioses extraños con él.
13Los puso a caballo
de sus montañas,
y los alimentó con las cosechas
de sus campos;
los crió con miel silvestre,
con aceite de rocas de pedernal;
14con requesón de vada
y leche de ovejas,
con grasa de corderos
y carneros,
ganado de Basán y cabritos
con la flor de harina de trigo,
y por bebida, con la sangre
fermentada de la uva.
15Comió Jacob hasta saciarse,
engordó mi cariño*, y tiró coces
-estabas gordo y cebado
y corpulento-
y rechazó a Dios, su creador;
deshonró a su Roca salvadora.
16Le dieron celos
con dioses extraños,
lo irritaron
con sus abominaciones,
17ofrecieron víctimas
a demonios que no son dios,
a dioses desconocidos,
nuevos, importados de cerca,
que no veneraban
vuestros padres.
18¡Despreciaste a la Roca
que te engendró,
y olvidaste al Dios
que te dio a luz!
19Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas,
20pensando: "Les esconderé
mi rostro,
y veré en qué acaban,
porque son
una generación depravada,
unos hijos desleales;
21ellos me han dado celos
con un dios ilusorio,
me han irritado
con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos
con un pueblo ilusorio,
los irritaré
con una nación fatua.
22Está ardiendo
el fuego de mi ira
y abrasará
hasta el fondo del abismo,
consumirá la tierra
y sus cosechas
y quemará
los cimientos de los montes.
23Reclutaré desastres
contra ellos,
agotaré en ellos mis flechas;
24andarán macilentos
por el hambre,
consumidos de fiebres
y epidemias malignas;
les enviaré dientes de fieras
y veneno de serpientes
que se arrastran;
25en las calles, la espada
se llevará a los hijos;
en las casas, el espanto;
a los jóvenes con las doncellas,
a los niños de pecho
con los ancianos".
26Yo pensaba:
"Voy a dispersarlos
y a borrar su memoria
entre los hombres".
27Pero no; que temo
la jactancia del enemigo
y la mala interpretación
del adversario,
que dirían:
"Nuestra mano ha vencido,
no es el Señor
quien lo ha hecho".
28Porque son una nación 
que ha perdido el juicio
y carece de inteligencia.
29Si fueran sensatos,
lo entenderían,
comprenderían su destino.
30¿Cómo es que uno
persigue a mil
y dos ponen en fuga
a diez mil?
¿No es porque su Roca
los ha vendido,
porque el Señor
los ha entregado?
31Porque su roca
no es como nuestra Roca;
nuestros mismos enemigos
pueden juzgarlo.
32Son cepa de las viñas
de Sodoma,
de los campos de Gomorra;
sus uvas son uvas venenosas
y sus racimos son amargos;
33su vino es
ponzoña de monstruos
y veneno mortal de víboras.
34¿No tengo todo esto recogido
y sellado en mis archivos?
35Mía será la venganza
y el desquite
en la hora en que tropiecen
sus pies,
pues el día de su perdición
se acerca
y su suerte se apresura
36-porque el Señor
defenderá a su pueblo
y tendrá compasión
de sus siervos-.
Cuando vea que
sus manos flaquean,
que se consumen
amos y criados,
37dirá: "¿Dónde están sus dioses
o la roca donde se refugiaban?
38¿No comían la grasa
de sus sacrificios
y bebían el vino
de sus libaciones?
Que se levanten para socorreros,
que sean vuestro refugio".
39Pero ahora mirad: yo soy yo,
y no hay otro fuera de mí;
yo doy la muerte y la vida,
yo desgarro y yo curo,
y no hay quien libre 
de mi mano.
40Levanto la mano al cielo y juro:
"Tan verdad
como que vivo eternamente,
41cuando afile el relámpago
de mi espada
y tome en mi mano la justicia,
haré venganza del enemigo
y daré su paga al adversario;
42embriagaré mis flechas
en sangre,
mi espada devorará carne;
sangre de muertos y cautivos, 
cabezas de jefes enemigos".
43Naciones, aclamadlo
con su pueblo,
porque él venga
la sangre de sus siervos,
porque toma venganza
del enemigo
y perdona a su tierra
y a su pueblo>>.
44Moisés fue y recitó este canto entero en presencia del pueblo. Lo acompañaba Josué, hijo de Nun. 45Y cuando terminó de decir todo esto a los israelitas, 46añadió:
-Fijaos bien en todas las palabras que yo os he conminado hoy, y mandad a vuestros hijos que pongan por obra todos los artículos de esta ley. 47Porque no son palabra vacía para vosotros, sino que por ella viviréis y prolongaréis la vida en la tierra que vais a tomar en posesión después de pasar el Jordán.
48Aquel mismo día el Señor dijo a Moisés:
49-Sube al monte Abarín (Monte Nebo), que está en Moab, mirando a Jericó, y contempla la tierra que voy a dar en propiedad a los israelitas. 50Después morirás en el monte y te reunirás a los tuyos, lo mismo que tu hermano Aarón murió  en Monte Hor y se reunió a los suyos. 51Porque os portasteis mal conmigo en medio de los israelitas, en la Fuente de Meribá, en Cades, en el desierto de Sin, y no reconocisteis mi santidad en medio de los israelitas. 52Verás de lejos la tierra, pero no entrarás en la tierra que voy a dar a los israelitas.


Explicación.



32,1-43 El "cántico de Moisés" compuesto y recitado a la orilla del Jordán compone un díptico con el cantado junto al Mar Rojo; nada más por la posición, después de salir y antes de entrar. Poema de gran originalidad y aliento, en el que confluyen y se funden elementos variados, rico en imágenes y en lenguaje escogido. Es fácil detectar en él modos sapienciales, más aún predicación profética; tiene bastante de querella judicial (testigo de cargo). Incorpora concepciones antiguas, ideas atípicas, a la vez que registra audazmente un monólogo de Dios. No podemos describir su origen ni datario con seguridad. A título de conjetura, supongamos que es una composición exílica, de un gran poeta, que quizá ha empleado o se ha inspirado en un texto más antiguo. Para orientar la lectura podemos proponer una visión global simplificada: en una gran querella del Señor con su pueblo, proyecta castigarlo y acabar con él; pero antes de dictar sentencia piensa que el ejecutor extranjero es más culpable, se vuelve contra él y salva a su pueblo. En otras ocasiones se interpuso la intercesión de Moisés; aquí todo se resuelve en el interior misterioso de Dios. A lo largo del comentario iremos recogiendo ecos, reminiscencias, coincidencias de textos variados.


Dividimos el poema así: exordio (1-4); exposición del tema en forma de interpelación (5-6); beneficios de Dios (7-14); infidelidad del pueblo (15-18); amenaza de castigo (19-25); corte (25); maldad del enemigo (26-35); y del pueblo (36-38); castigo del enemigo (39-42); conclusión del himno (43).

32,1-4 Exordio en tono sapiencial (parecido al que aparece en Sal 49; Job 29,22); pero la comparación con la lluvia también se lee en Is 55,10-11, y la cuádruple comparación es típica del estilo de Isaías II.

El estilo es amplio, en consonancia con el ritmo lento del poema. Compárese con los exordios de Is 1,2; Sal 49 y 78; Prov 8,4-6.

"Nuestro Dios" es título de la alianza. Como parte de la querella y respecto a sus compromisos él es perfecto, recto, justo, fiel. Testimonio anticipado como en Sal 50,6, que también menciona cielo y tierra como testigos notariales. El título "Roca" recurre además en v.15.16.18.30.31.37. Los "caminos" son los designios y también el estilo de actuar (cfr. Is 55,8-9). Precisamente el cántico va a combinar un camino ordinario con uno extraordinario, todos justos.

32,5-6 Por el contrario, la otra parte de la alianza, no ha cumplido sus compromisos. La voz de Dios hecha poesía se lo reprocha en segunda persona (también en Sal 50). A la imagen subyacente de la alianza se sobrepone el símbolo de la paternidad, que responde a Éx 4,22-23 y es eco próximo de Is 1,2-4, también con calificación sapiencial. Enuncia un título cuádruple del Señor.

32,7 Acuérdate: tiene dos valencias. Una genérica, según el principio de la tradición, que permite remontarse a los orígenes. Otra específica, de recuento judicial. Hay que recordar un gran contraste, de beneficios e ingratitud (8-14 y 15-18), De nuevo usa el paralelismo cuádruple. Seguirán cuatro tiempos: elección remota, acogida histórica, traslado a la tierra, vida próspera en ella.

32,8-9 La elección recibe aquí una interpretación no común, en un horizonte de politeísmo: "hijos de Dios" o divinidades, seres divinos (Sal 29,1; 82,6), corte del Dios supremo, a quienes se asignan tareas diversas: a cada uno el cuidado de su pueblo. El Señor es el soberano que reparte los cargos (y pide cuentas, Sal 82), y se reserva como pueblo a los descendientes de Jacob, a los cuales asignará un territorio. Compárese con Eclo 24,8.

32,10 Extrañamente, la historia no comienza en Egipto, sino en el desierto (cfr. Os 9,10). Israel era como un niño abandonado y encontrado, como expósito que Dios adopta (en figura femenina, Ez 16,6). La comparación final se lee en Sal 17,8.

32,11-12 Inspirado en Ex 19,4, todo el viaje por el desierto es un pasar en volandas; uno solo puede con todos (no como Moisés Nm 11; cfr. Is 46.3-4).

32,13 La tierra prometida es región montañosa, y el pueblo se asienta "a caballo" de sus montañas: Is 58,14. Aunque la tierra es montañosa y rocosa, sirve en su mesa productos variados para "criar" a los pequeños y para dar banquetes a los mayores. Se pueden contar siete productos (compárese con 8,7-9).

32,15a * = "Yesurún" es título cariñoso de Israel, su sentido es dudoso. La abundancia conduce a la saciedad y ésta al pecado de rebeldía.

32,15b-18 Pecado radical contra el primer mandamiento. Se encierra en cuatro títulos del Señor: dos son más corrientes, Hacedor y Salvador; los otros dos usan el símbolo de la generación maternal. Como el Señor exige una dedicación exclusiva, se pone celoso cuando le arriman rivales. Hay que notar la segunda persona en los v.15 y 18. Dioses extraños: como en Jr 2,25; 3,13; Is 43,12; 44,19. De cerca, del mismo territorio (Jos 24,15). Demonios es nombre raro, compartido con Sal 106,37.

32,19 El amor provoca los celos, los celos se transforman en cólera, la cólera se desfoga hiriendo.

32,20-21 Comienza el monólogo en forma de sentencia judicial: declaración del delito y anuncio de la pena, con correspondencia entre ambos, en una especie de ley del talión expresada con palabras repetidas o aliteradas. Otros monólogos de Dios: Jr 31, 18-20; Os 11,8-9.

32,22 El fuego de la ira estalla y cobra proporciones cósmicas, como una conflagración universal en profundidad (cfr. Am 7,4). Se anuncian imágenes escatológicas o apocalípticas.

32,24-25 Los cuatro males: hambre, fiebre, fieras y espada son típicos de los profetas, especialmente de Ezequiel (sólo tres en 2 Sm 24,13). El poeta desarrolla la cuarta, emblema de la guerra que no respeta lugar ni sexo ni edad.

32,26-43 La segunda parte del monólogo divino es muy difícil por los cambios de persona hablante. Teóricamente habla o piensa en voz alta el Señor, como muestran los verbos y el pronombre Yo (33). Habla el enemigo, y sus palabras son introducidas por el Señor (27). En varios versos irrumpe el recitador, como muestra la tercera persona (36); más aún, el mismo introduce nuevas palabras del Señor (37). También el pueblo habla, en primera persona (31). ¿Habrá que interpretar esta movilidad como libertad poética?, ¿o será el resultado de adiciones no bien armonizadas?

Lo que está claro, y es muy importante, es la reflexión teológica presentada como pensamiento manifestado de Dios. ¿Por qué siendo culpables el pueblo y los paganos, ha castigado a éstos y perdonado a aquél? (Véase 9,4-7). El texto ofrece dos razones: primera, la fama del Señor, que será vilipendiada si triunfa el enemigo (argumento de Moisés en Ex 32,12 y Nm 14,13-16); segunda, la compasión del Señor por su pueblo. No hay simetría: si el enemigo es castigado por su culpa, Israel no es salvado por sus méritos. En efecto, el pueblo es necio (28) y fue idólatra (37-38). Con todo, por pura misericordia del Señor, Israel sigue siendo "su pueblo, sus siervos" (36).

Y esta solución nos plantea otra dificultad: tal diversidad de trato ¿no es discriminación? El problema preocupará todavía al autor del libro de la Sabiduría (Sab 12).

32,26 Acabar con Israel en el presente y el futuro: dispersos y asimilados por otras naciones, dejarán de ser un pueblo con nombre propio.

32,27 El enemigo no sabe interpretar la historia en clave teológica: se atribuye las victorias (como Israel la prosperidad, 8,17): véanse Is 10,13-14; 37,24-25; 47,8.10.

32,28-30 Nos inclinamos a pensar que este "pueblo" es Israel, que tampoco sabe interpretar la historia, y atribuye a su fuerza lo que es don de Dios (Lv 26,8; Dt 28,7).

32,30-31 Roca es aquí equivalente de Dios: también el enemigo tiene su roca = dios. Pero no hay comparación: Ex 15,11; 1 Sm 2,2; 1 Re 8,23; Jr 10,6; Miq 7,18; Sal 35,10; 86,8.

32,32-33 Imagen vigorosa, del mundo de los venenos vegetales y animales: véanse Is 59,5; Sal 58,5. Por su perversión están maduros para la catástrofe.

32,34-35 El Señor va a actuar como juez. El delito consta en su archivo judicial, la sentencia será el ejercicio de la justicia "vindicativa", o sea castigo legal del delincuente.

32,36 Irrumpe la voz del recitador. En vez de "porque", podría significar "cierto". El anuncio se lee en Sal 135,14 lo cita 2 Mac 7,6.

32,37-38 Pero antes de ejecutarlo, le echa en cara, en tono sarcástico, su idolatría. Si el enemigo tenía que reconocer que el Señor es una "Roca" diversa, los israelitas tendrán que convencerse de la impotencia de los ídolos "su roca de refugio" (cfr. Jr 2,26-28).

32,39 Frente a la impotencia de los ídolos se yergue la realidad del Señor: único, como en la proclamación del profeta del destierro (Is 41,4; 48,12), soberano de la muerte y la vida (1 Sm 2,6; 2 Re 5,7; Tob 13,2).

32,40 Dios jura por sí mismo, por su vida: Is 45,23; 62,8; Jr 22,5; 51,14 Am 4,2; 6,8.

32,42 La guerra como ejecución de una sentencia judicial (cfr. Is 34,6-8; Jr 46,10).

32,43 El texto de este final hímnico es dudoso. La lectura de la versión griega es plausible: Aclamadlo, cielos, con él, servidlo, hijos de Dios.

32,44-47 Completan el marco en torno al cántico, entendido como vinculado a la ley. Ambos son "palabra" auténtica y vital: la ley que propone la conducta de la vida, el cántico que denuncia el pecado y da esperanza. El texto escrito tiene valor jurídico de testimonio, su eficacia será real si se conserva en la memoria, la viva tradición del pueblo.

32,48-52 Variante de Nm 27,12-14, introducida para salvar la distancia narrativa producida al insertar el Deuteronomio. Empalma con Dt 3,27. "El mismo día" es el de 1,3, comienzo de la promulgación y 34,5 muerte. Todo ha sido testamentario, y el próximo capítulo se pronuncia inmediatamente antes de morir.

Subir para contemplar el panorama desde arriba es una espléndida experiencia; subir a la montaña para ver y morir, para ver el paraíso sin poder entrar en él, es una profunda tragedia. El narrador no explota el factor psicológico, pero repite la razón teológica, el pecado de Moisés (Nm 20,2-13).

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 31.

ÚLTIMAS DISPOSICIONES Y MUERTE DE MOISÉS.

311Cuando Moisés terminó de decir estas palabras a los israelitas, añadió:
2-He cumplido ya ciento veinte años, y me encuentro impedido; además, el Señor me ha dicho: <<No pasarás ese Jordán>>. 3El Señor, tu Dios, pasará delante de ti. El destruirá delante de ti esos pueblos, para que te apoderes de ellos. Josué pasará delante de ti, como ha dicho el Señor. 4El Señor los tratará como a los reyes amorreos Sijón y Og y como a sus tierras, que arrasó. 5Cuando el Señor os lo entregue, haréis con ellos lo que yo os he ordenado. 6¡Sed fuertes y valientes, no temáis, no os acobardéis ante ellos!, que el Señor, tu Dios, avanza a tu lado, no te dejará ni te abandonará.
7Después Moisés llamó a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel:
-Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor, tu Dios, prometió dar a tus padres, y tú les repartirás la heredad. 8El Señor avanzará ante ti. Él estará contigo, no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes.
9Moisés escribió esta ley y la consignó a los sacerdotes levitas, que llevan el arca de la alianza del Señor, y a todos los concejales de Israel, 10y les mandó:
-Cada siete años, el año de la remisión, por la fiesta de las Chozas, 11cuando todo Israel acuda a presentarse ante el Señor, tu Dios, en el lugar que él elija, se proclamará esta ley frente a todo el pueblo. 12Congregad al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al emigrante que viva en tu vecindad, para que oigan y aprendan a respetar al Señor, vuestro Dios, y pongan por obra todos los artículos de esta ley, mientras os dure la vida en la tierra que vais a tomar en posesión cruzando el Jordán. 13(Hasta tus hijos, aunque no tengan uso de razón, han de escuchar la ley, para que vayan aprendiendo a respetar al Señor, vuestro Dios).
14El Señor dijo a Moisés:
-Está cerca el día de tu muerte. Llama a Josué, presentaos en la tienda del encuentro, y yo le daré mis órdenes.
Moisés y Josué fueron a presentarse a la tienda del encuentro. 15El Señor se les apareció en la tienda en una columna de nubes, que fue a colocarse a la entrada de la tienda. 16El Señor dijo a Moisés:
-Mira, vas a descansar con tus padres, y el pueblo se va a prostituir con los dioses extraños de la tierra adonde va. Me abandonará y quebrantará la alianza que he concluido con ellos. 17Ese día mi furor se encenderá contra ellos: lo abandonaré y me esconderé de él, se lo comerán y le ocurrirán innumerables desgracias y sufrimientos. Entonces dirá: <<Es que no está mi Dios conmigo; por eso me ocurren estas desgracias>>. 18Y yo, ese día, me esconderé todavía más, por la maldad que comete volviéndose a dioses extranjeros. 19Y ahora, escribid este cántico, enseñádselo a los israelitas, haced que lo reciten, porque este cántico va a ser mi testigo de cargo contra los israelitas. 20Cuando haya llevado a este pueblo a la tierra que prometí a sus padres, una tierra que mana leche y miel, comerá hasta hartarse, engordará y quebrantará mi alianza. 21Entonces, cuando le ocurran innumerables desgracias y sufrimientos, este cántico dará testimonio contra él, ¡que no lo olvide la posteridad!, porque conozco los malos instintos que ya hoy alimenta antes de haberlo introducido en la tierra prometida.
22Aquel día Moisés escribió este cántico y se lo hizo aprender a los israelitas.
22El Señor ordenó a Josué:
-Sé fuerte y valiente, que tú has de introducir a los israelitas en la tierra que he prometido. Yo estaré contigo.
24Cuando Moisés terminó de escribir en el documento los artículos de esta ley hasta el final, 25mandó a los levitas que llevaban el arca de la alianza del Señor:
26-Tomad este código de la ley, depositadlo junto al arca de la alianza del Señor, vuestro Dios, y que quede allí como testigo contra ti. 27Yo conozco tu rebeldía y terquedad; si estando yo a vuestro lado os rebelabais contra el Señor, ¿qué será cuando haya muerto? 28Congregadme a todos los concejales de las tribus y a los magistrados; quiero recitar en su presencia estas palabras y citar contra ellos como testigos el cielo y la tierra, 29porque sé que cuando yo muera os pervertiréis y os apartaréis del camino que os tengo señalado. Al cabo de los años, si hacéis lo que el Señor reprueba irritándolo con vuestras obras, os alcanzará la desgracia.
30Entonces Moisés recitó hasta el final este cántico en presencia de toda la asamblea de Israel.

Explicación.

31 Aquí comienza una serie narrativa, cuyo tema son las últimas disposiciones de Moisés y su muerte. Empalma con el hilo narrativo interrumpido en los últimos capítulos de Nm. La selección de los temas es lógica; la disposición de las piezas nos resulta caprichosa. Habría sido tan fácil ordenarlas, siguiendo el esquema de mandato y cumplimiento.

Como jefe militar y guía del pueblo, Moisés deja de sucesor a Josué: 2-7.14.23. Como mediador de la alianza y la ley, deja el texto escrito y se lo encomienda a los levitas 9-13.24-26. Como confidente del Señor, deja la tienda del encuentro 14-15. Y su voz, mediadora de la palabra de Dios, queda grabada en un cántico testimonial para la posteridad: 19-22.27-30. Hablan: el narrador, el Señor, Moisés, que se dirige: a los israelitas, a Josué, a los levitas y a los ancianos.

31,1 Traducido según la versión griega y un manuscrito de Qumrán.

31,2-3 Impedido por la edad (pero véase 34,7) y por la prohibición del Señor. La triple repetición del verbo "pasar" resume el hecho: tú no pasarás, pasará delante el Señor (1,30-33), pasará Josué.

31,4 Nm 21,21-35.

31,5 Dt 7,1-5.

31,6 Fragmento de arenga militar, con fórmulas de oráculos de salvación.

31,7-8 Fórmula de investidura. Indica la doble misión próxima de Josué: caudillo en la conquista y repartidor de la heredad. A Josué tocará dar cumplimiento a una de las promesas patriarcales. Con estos dos versos, el deuteronomista nos prepara para la lectura del libro de Josué, que viene a continuación.

31,9-13 Escribir la ley es acto jurídico de la alianza; el protocolo escrito se conserva en lugar sagrado y se relee periódicamente o en ocasiones extraordinarias. El arca es el lugar donde se conserva el texto escrito; los levitas son sus portadores materiales y sus custodios espirituales: ellos leen y explican la ley y exhortan al pueblo.

31,10-11 La repetición está ligada a la fiesta de las chozas, que conmemora festivamente la peregrinación por el desierto. El texto supone la centralización del culto. La alianza es asunto de todo el pueblo.

31,12 Neh 8.

31,13 El cumplimiento de la ley, condición para entrar en la tierra, será tarea cuando vivan en ella.

31,14-15 Es un momento solemne: Moisés y Josué se han apartado y se dirigen a la tienda del encuentro; antaño iba Moisés solo (Ex 33,7-11). Llegados allí, el Señor acude a la cita en la teofanía de la nube que vela y revela. Allí -gran novedad- dará a Josué inmediatamente las órdenes que solía dar a Moisés solo.

Dentro de la teofanía entra el tema siguiente, el cántico. Esta es orden que recibe Moisés, como tarea testamentaria. Por la repetición del verbo "ordenar" en 14 y en 23, parece que la investidura de Josué por parte del Señor pertenece todavía a la teofanía; si bien el v. 22 adelanta el cumplimiento de la orden recibida por Moisés.

31,16-18 Esta profecía sombría, recibida por Moisés casi in articulo mortis, recuerda por la forma la que recibió Abrahán (Gn 15,13-16); por el contenido es contraria, porque serán los israelitas los culpables, expulsados de su tierra.

La idolatría recibe el nombre de "prostitución"; al quebrantar el primer mandamiento, quebrantarán la entera alianza. Porque el pueblo "abandona" al Señor, el Señor "abandona" al pueblo. Se lo comerán: pueblos extranjeros (Sal 14,4). El pueblo no reacciona correctamente al castigo, por lo cual persiste o aumenta el castigo.

La formulación de este proceso no está clara, hay que aclararla con el texto del cántico; parecen corresponderse "no estar en medio" y "ocultar el rostro" (para lo primero Nm 14,42; Jue 6,13; para lo segundo Is 8,17; 54,8; Jr 33,5).

31,19-21 El cántico, como profecía del amor de Dios y la infidelidad del pueblo, se convierte en testimonio escrito, que volverá a atestiguar contra el pueblo cuando será recitado públicamente. Sobre los malos instintos o inclinaciones véanse Gn 6,5; 8,21; Eclo 17,16.

31,23 No es pura repetición en el texto actual: al nombramiento por Moisés se añade el nombramiento por Dios. La sucesión queda garantizada.

31,24 Se entiende el cuerpo íntegro que ha promulgado de palabra.

31,26 Ley y cántico serán dos testigos de cargo escritos y conservados. Sobre el testimonio véase Sal 81.

31,27 Los otros dos testigos son cielo y tierra, invocados al principio del cántico.

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 30.

301>>Cuando se cumplan en ti todas estas palabras -la bendición y la maldición que te he propuesto- y las medites, viviendo entre los pueblos adonde te expulsará el Señor, tu Dios, 2te convertirás al Señor, tu Dios; escucharás su voz, lo que yo te mando hoy, con todo el corazón y con toda el alma, tú y tus hijos.
3>>El Señor, tu Dios, cambiará tu suerte compadecido de ti; el Señor, tu Dios, volverá y te reunirá sacándote de todos los pueblos por donde te dispersó; 4aunque tus dispersos se encuentren en los confines del cielo, el Señor, tu Dios, te reunirá, te recogerá allí; el Señor, tu Dios, 5te traerá a la tierra que habían poseído tus padres y tomarás posesión de ella; te hará el bien y te hará crecer más que tus padres; 6el Señor, tu Dios, circuncidará tu corazón y el de tus descendientes para que ames al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma, y así vivirás.
7>>El Señor, tu Dios, mandará estas maldiciones contra tus enemigos, los que te habían perseguido con saña, 8y tú te convertirás, escucharás la voz del Señor, tu Dios, y cumplirás todos los preceptos suyos que yo te mando hoy.
9>>El Señor, tu Dios, hará prosperar tus empresas, el fruto de tu vientre, el fruto de tu ganado y el fruto de tu tierra, porque el Señor, tu Dios, volverá a alegrarse contigo de tu prosperidad, como se alegraba con tus padres; 10si escuchas la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; si te conviertes al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma.
11>>Porque el precepto
que yo te mando hoy
no es cosa
que te exceda ni inalcanzable;
12no está en el cielo,
no vale decir:
"¿Quién de nosotros 
subirá al cielo 
y nos lo traerá
y nos lo proclamará
para que lo cumplamos?";
13ni está más allá del mar,
no vale decir:
"¿Quién de nosotros
cruzará el mar
y nos lo traerá
y nos lo proclamará
para que lo cumplamos?"
14El mandamiento está
a tu alcance:
en tu corazón
y en tu boca. Cúmplelo.
15>>Mira: hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal. 16Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor tu Dios, te bendecirá en la tierra adonde vas a entrar para conquistarla. 17Pero si tu corazón se aparta y no obedeces, si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses extranjeros, 18yo te anuncio hoy que morirás sin remedio, que después de pasar el Jordán y de entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella.
19>>Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra; te pongo delante bendición y maldición. Elige la vida, y viviréis tú y tu descendencia, 20amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que había prometido ddar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob>>.


Explicación.



30,1-14 El desenlace favorable de la conversión y el retorno que echábamos de menos al final del cap. 28, lo encontramos aquí, en un desarrollo magnífico por el contenido teológico y por el tono cordial. "Cordial" viene de cor = corazón: palabra que suena ocho veces en la sección 1-14. Corazón, sede de la memoria actual, del pensamiento y la decisión y el amor; corazón tuyo y de tus descendientes. Si nos limitamos a 1-10,  la palabra repetida siete veces es "volver" en diversas formas y acepciones. "Cambiar la suerte" es una expresión que enuncia Jr 29,14 y resuena siete veces en el bloque Jr 30-33 (también presente en otros profetas: Os 6,11; Jl 4,1; Am 9,14; Sof 3,20).


Las dos palabras nos dan la clave teológica del capítulo, que desborda el hecho de la repatriación. Hay esperanza de volver a la patria, pero primero hay que volver = convertirse al Señor; también el Señor volverá (Sal 85,7; 90,13) a compadecerse y a reunirte y a alegrarte contigo. La alianza es la base que hace posible siempre la conversión.

Lo segundo el corazón. Se deja arrastrar, se endurece con la obstinación, divide sus lealtades. Hace falta tener un corazón nuevo (Sal 51,12; Ez 36,26) y entero. Será obra del Señor, que "circunda" el corazón (cfr. Jr 4,4): lo despoja, lo dedica al amor del Señor. Con fórmula diversa, esta transformación interior equivale a la que anuncia Jr 31,33.

30,1-10 El destierro podría parecer el fin de la alianza (28,58-68), el abandono definitivo del pueblo por parte de su Dios. NO fue así: el destierro fue el gran castigo saludable que curó al pueblo de la idolatría. Fue escatológico como final de una era, no como final definitivo. El que precisamente las maldiciones puedan provocar la conversión, muestra cómo la alianza es obra del amor de Dios a su pueblo. El título de la alianza, "el Señor tu Dios" se repite catorce veces en el breve fragmento, asegurando que la alianza sigue en pie.

30,1-2 El proceso de conversión es: se cumple el castigo anunciado, el pueblo medita el castigo recordando las amenazas pasadas y se convierte. La conversión incluye: la vuelta personal al Señor y el cumplimiento de todos sus mandatos. De todo corazón, como pide Dt 6,4.

30,3-5 La nueva liberación repite el movimiento del Éxodo: reunir al pueblo, sacarlo, llevarlo a la tierra prometida, dársela en posesión. Para compensar las enormes pérdidas humanas, se renueva la bendición de la fecundidad. La dispersión se refiere al vasto imperio babilónico.

30,3 Ez 36,24.

30,4 Is 43,6.

30,5 Jr 30,19.

30,6 Dios hace lo que pedía en 10,16, renovando así por dentro a su pueblo.

30,7-9 A la conversión seguirán las bendiciones. Se alegrará: cfr. 28,63.

30,10 Inclusión sobre los dos temas básicos.

30,11-14 Una vez que Dios ha manifestado su voluntad en forma de mandatos de la alianza, éstos ya no son inaccesibles al israelita: los puede recitar de memoria con la boca y los retiene en la mente o corazón. Así interioriza y personaliza el precepto, deja de ser externo y remoto. Sobre las fórmulas, véanse Sal 139; Prov 30,4; Bar 3,29-30: lo sapiencial penetra en la parénesis.

30,15-18 La alianza ofrecida por Dios ha de ser aceptada por el hombre en un acto libre, en una decisión radical (cfr. Jos 24). El pueblo debe tomar la decisión con plena conciencia del contenido y de sus consecuencias. La alianza, como los árboles del paraíso, enfrenta al hombre con el mal y el bien, la bendición y la maldición, la vida y la muerte. Véase Eclo 15,14-17.

30,19 Cielo y tierra son los testigos notariales de Dios, dos testigos que componen el universo. Cfr. Sal 50,4; Is 1,2.

30,20 Con la mención de los tres patriarcas, la alianza queda firmemente anclada en la promesa.


DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 29.

291Moisés convocó  a todo Israel y les dijo:
-Vosotros sois testigos de todo lo que el Señor hizo en Egipto contra el Faraón, sus ministros y todo su país: 2aquellas grandes pruebas que vieron vuestros ojos, aquellos grandes signos y prodigios; 3pero el Señor no os ha dado inteligencia para entender, ni ojos para ver, ni oídos para escuchar hasta hoy: 4"Yo os he hecho caminar cuarenta años por el desierto: no se os gastaron los vestidos que llevabais ni se os gastaron las sandalias de los pies; 5no comisteis ni bebisteis vino ni licor; para que reconozcáis que yo, el Señor, soy vuestro Dios".
6<<Al llegar a este lugar, Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, nos salieron al encuentro en son de guerra; 7los vencimos, conquistamos sus territorios y se los dimos en heredad a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés.
8>>Por eso guardaréis los términos de esta alianza y los cumpliréis, y así prosperaréis en todas vuestras obras.
9>>Vosotros os habéis colocado hoy en presencia del Señor, vuestro Dios -vuestros jefes de tribu, concejales y magistrados y todos los hombres de Israel; 10vuestros niños y mujeres y los emigrantes que están en el campamento (tus aguadores y leñadores)-11 para entrar en alianza con el Señor, tu Dios, y aceptar el pacto que el Señor, tu Dios, concluye contigo hoy; en virtud de él.
12te constituye pueblo suyo,
y él será tu Dios,
como te dijo y como había jurado a tus padres, a Abrahán, Isaac y Jacob.
13>>No sólo con vosotros concluyo esta alianza y este pacto; 14lo concluyo con el que está hoy aquí con nosotros, en presencia del Señor, y con el que hoy no está aquí con nosotros.
15>>Vosotros sabéis que habitamos en Egipto y que cruzamos por medio de todos aquellos pueblos, 16vimos sus ídolos monstruosos, de piedra y leño, de plata y oro. 17Que no haya nadie entre vosotros, hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy del Señor, vuestro Dios, yendo a dar culto a los dioses de estos pueblos; que no arraiguen en vosotros plantas amargas y venenosas, 18alguien que al escuchar los términos de este pacto se felicite diciendo por dentro: "Tendré paz, aunque siga en mi obstinación"; pues se acabarán secano y regadío, 19porque el Señor no está dispuesto a perdonarlo; su ira y su celo echarán humo contra ese hombre, se asentará sobre él la maldición de este código, y el Señor borrará su  nombre bajo el cielo; 20el Señor lo apartará, para su perdición, de todas las tribus de Israel, según las maldiciones que sancionan la alianza, escritas en este código.
21>>Las generaciones venideras, los hijos que os sucedan y los extranjeros que vengan de lejanas tierras, cuando vean las plagas de esta tierra, las enfermedades con que la castigará el Señor -22azufre y sal, tierra calcinada, donde no se siembra, ni brota, ni crece la hierba, catástrofe como la de Sodoma y Gomorra, Adamá y Seboín, arrasadas por la ira y la cólera del Señor-, 23todos esos pueblos se preguntarán: "¿Por qué trató el Señor así a esta tierra? ¿Qué significa esta cólera terrible?" 24Y les responderán: "Porque abandonaron la alianza del Señor, Dios de sus padres, el pacto que hizo con ellos al sacarlos de Egipto, 25porque fueron a dar culot a dioses extranjeros, postrándose ante ellos -dioses que no conocían, dioses que no les había asignado-; 26por eso la ira del Señor se encendió contra esta tierra, haciendo recaer sobre ella todas las maldiciones escritas en este código; 27por eso el Señor los arrancó de su suelo, con ira, furor e indignación, y los arrojó a una tierra extraña, como sucede hoy".
28>>Lo oculto es del Señor, nuestro Dios; lo revelado es nuestro y de nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todos los artículos de esta ley.


Explicación.



29,1-7 la visión retrospectiva incluye simplificadas las tres etapas: salida de Egipto, camino por el desierto, aproximación a la tierra y comienzo de ocupación. Cambia el sujeto hablante: Moisés dirigiéndose al pueblo con él en primera persona del plural (6-7), Yhwh en cita textual no introducida (4-5).


29,1 Convocación litúrgica, como en Jos 24 o Sal 50. En Egipto el pueblo no fue actor, sino testigo; ser testigo del Señor es una de sus vocaciones (Is 43,8-13).

29,3 El sentido total de los  hechos se revela cuando éstos llegan a una conclusión. Muchas veces, en medio de la prueba, el pueblo no ha sabido comprender el sentido de la salida, lo ha deformado; ahora, en vísperas de atravesar el Jordán, todo adquiere forma y sentido. El hoy litúrgico perfecciona la comprensión. Pero tiene que intervenir Dios capacitando al hombre. El esquema se puede aplicar también a la generación postexílica, para la que escribe el autor.

29,4-5 Toma datos del cap. 8.

29,2 Nm 21.

29,8 Los términos o "palabras" de la alianza son los mandamientos, que no hace falta repetir aquí, después de los capítulos 12-25. En la declaración de principio se incluye la bendición global.

29,9-14 Como texto de un protoclo, menciona las dos partes, las clases que participan en el acto y se comprometen, jefes y pueblo entero, presentes y futuros, el contenido esencial.

29,11 La fórmula es única, a la letra "pasar por alianza": puede recordar a Gn 15,17.

29,12 La fórmula es clásica; pero es importante notar que va vinculada a la promesa hecha a los patriarcas. Insinuando que la alianza presente actualiza un compromiso secular. Ez 36,18.

29,13-14 El hoy litúrgico se repite en cada generación. Todas las generaciones han de sentirse solidarias de Moisés y de la generación del éxodo.

29,15-20 La parénesis recapitula elementos del pacto: prólogo histórico (15-16); mandamiento fundamental de lealtad exclusiva del Señor (17); maldición (19-20). En vez de interpelar al pueblo entero, se dirige ahora a un particular cualquiera, aun en el caso de pecado interno de actitud.

29,18 La alianza no funciona mecánicamente, sino que exige el cumplimiento de sus cláusulas; no es garantía para el obstinado. Más grave que faltar en actos particulares es la actitud que destruye la lealtad. En sus palabras mentales expresa la arrogancia, el pecado grave (Nm 15,30-31; Sal 19,14).

29,19-20 Tal delito es "imperdonable" porque ha provocado al Dios celoso: la pena es exclusión de la comunidad y cancelación de su nombre.

29,21-27 Nueva parénesis, mirando al futuro, en equilibrio con la memoria del pasado. Es de gran efecto la escenificación, que se inspira en varios textos de Jeremías: en unos se pregunta el pueblo o un individuo, en otros preguntan pueblos extranjeros (Jr 5, 19; 13,22; 16,10-13; 22,8-9). El predicador nos hace contemplar la desgracia con los ojos atónitos de extranjeros y nos hace escuchar un diálogo expresivo: una pregunta llena de estupor y una respuesta que explica la razón de la desgracia. La catástrofe se ofrece a la contemplación y meditación de las naciones, como la catástrofe de Sodoma y Gomorra fue escarmiento para Israel (Is 1,7-9). El texto repite siete veces sinónimos de ira.

29,22 Gn 19; Os 11,8.

29,27 Jr 52.

29,28 Como la reflexión histórica añadía un dato sobre la comprensión del pueblo, así la mirada al futuro añade una reflexión de origen y estilo sapiencial: PRov 25,2; 30,1-6; Eclo 3,21-24. Algunos lo refieren a la escritura del protocolo en dos rollos: uno sellado, para el Señor, otro patente, para la lectura y cumplimiento del pueblo (cfr. el procedimiento de Jr 32).

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 28.

281>>Si obedeces y escuchas la voz del Señor, tu Dios, poniendo por obra todos los preceptos que yo te mando hoy, el Señor, tu Dios, te encumbrará por encima de todas las naciones del mundo. 2Sobre ti irán viniendo, hasta darte alcance, todas estas bendiciones, si escuchas la voz del Señor, tu Dios:
3>>Bendito seas en la ciudad, bendito seas en el campo.
4>>Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu suelo, el fruto de tu ganado, las crías de tus reses y el parto de tus ovejas.
5>>Bendita tu cesta y tuartesa.
6>>Bendito seas ale ntrar, bendito seas al salir.
7>>Que el Señor te entregue ya vencidos los enemigos que se alcen contra ti; saldrán contra ti por un camino y por siete caminos huirán.
8>>Que el Señor mande contigo la bendición en tus graneros y en tus empresas y te bendiga en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios.
9>>Que el Señor te nombre su pueblo santo, como te tiene prometido, si guardas los preceptos del Señor, tu Dios, y vas por sus caminos; 10así verán todos los pueblos de la tierra que se ha invocado sobre ti el nombre del Señor, y te temerán.
11>>Que el Señor te enriquezca con el fruto de tu vientre, el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, en la tierra que el Señor había prometido a tus padres que te daría a ti.
12>>Que el Señor te abra su rico almacén del cielo, dando a su tiempo la lluvia a tu tierra y bendiciendo todas tus tareas; así, prestarás a muchas naciones y tú no pedirás prestado.
13>>Que el Señor te ponga de cabeza, no de cola; que vayas siempre a más, nunca a menos; si escuchas los preceptos del Señor, tu Dios, que yo te mando hoy, poniéndolos por obra, 14y no te apartas a derecha ni a izquierda de lo que yo te mando hoy, yendo detrás de dioses extranjeros para darles culto.
15>>Pero si no escuchas la voz del Señor, tu Dios, poniendo por obra todos los preceptos y mandatos que yo te mando hoy, irán viniendo sobre ti, hasta darte alcance, todas estas maldiciones:
16>>Maldito seas en tu ciudad, maldito seas en el campo.
17>>Maldita tu cesta y tu artesa.
18>>Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu suelo, las crías de tus reses y el parto de tus ovejas.
19>>Maldito seas al entrar, madito seas al salir.
20>>Que el Seño te mande la maldición, el pánico y la amenaza en todas las tareas que emprendas, hasta que seas exterminado, hasta que perezcas sin tardanza, por haberlo abandonado con tus malas obras.
21>>Que el Señor te pegue la peste, hasta terminar contigo, en esa tierra donde vas para tomarla en posesión.
22>>Que el Señor te hiera de tisis, calenturas y delirios; sequía, agostamiento y tizón; que te persigan hasta que perezcas.
23>>Que el cielo sobre tu cabeza sea de bronce y la tierra bajo tus pies de hierro.
24>>Que el Señor te mande en vez de lluvia polvo, y haga bajar ceniza del cielo, hasta que seas exterminado.
25>>Que el Señor te entregue ya vencido al enemigo: saldrás contra él por un camino y por siete caminos huirás; serás el espanto de todos los reinos de la tierra; 26será tu cadáver pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra, y no habrá quien las espante.
27>>Que el Señor te hiera de viruela, bubones, tiña y sarna, que no puedes curar.
28>>Que el Señor te hiera de locura, ceguera y demencia; 29andarás a tientas a mediodía, como a tientas anda un ciego en su tiniebla. Fracasarás en todos tus caminos, te explotarán y te robarán mientras vivas, y no habrá quien te salve.
30>>Te prometerás con una mujer, y otro se la gozará; te edificarás una casa, y no la habitarás; te plantarás una viña, y no la vendimiarás.
31>>Te matarán el buey ante tus ojos, y no lo probarás; te robarán el asno, y no te lo devolverán; entregarán tu rebaño al enemigo, y no habrá quien te salve.
32>>Serán entregados tus hijos e hijas a un pueblo extranjero; tus ojos lo verán y se irán consumiendo por ellos, sin que puedas echarles una mano.
33>> Un pueblo desconocido se comerá el fruto de tu suelo, tus fatigas; te verás explotado y aplastado del todo mientras vivas, 34hasta volverte loco, por el espectáculo que han de contemplar tus ojos.
35>>Que el Señor te hiera en las rodillas y en los muslos con úlceras que no puedas curar, de la planta de los pies al cráneo.
36>>Que el Señor te haga marchar a ti y al rey que tú establezcas a una nación desconocida de ti y de tus padres; allí darás culto a dioses extranjeros de piedra y leño. 37Serás el asombro, el refrán y la burla de todos los pueblos adonde te deporte el Señor, tu Dios.
38>>Saldrás al campo cargado de semilla y cosecharás una miseria, porque te lo devorará la langosta.
39>>Plantarás y cultivarás viñas, y no beberás ni almacenarás vino, porque te lo comerá el gusano.
40>>Tendrás olivos en todos tus terrenos, y no te ungirás con aceite, porque se te caerán las olivas.
41>>Engendrarás hijos e hijas, y no serán para ti, porque marcharán al cautiverio.
42>>De tus árboles frutales y cosechas se apoderarán los insectos.
43>>El extranjero que viva entre los tuyos se alzará sobre ti, cada vez más arriba, y tú caerás, cada vez más abajo; 44él te prestará, y tú no le podrás prestar; él será cabeza, y tú cola.
45>>Sobre ti irán viniendo todas estas maldiciones, te perseguirán y te darán alcance, hasta exterminarte, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, desobedeciendo los preceptos y mandatos que él te mandó, 46y ellas serán signo y prodigio contra ti y tu descendencia para siempre.
47>>Por no haber servido al Señor, tu Dios, con alegría y generosidad en tu abundancia, 48servirás al enemigo que mande el Señor contra ti: en hambre y sed, desnudez y miseria total; él te pondrá en los hombros un yugo de hierro, hasta exterminarte.
49>>El Señor alzará contra ti una nación lejana -se lanzará sobre ti como buitre desde los confines del orbe-; 50una nación de lengua incomprensible, nación cruel sin respeto para el anciano, sin piedad para el muchacho; 51que devorará el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta exterminarte; que no dejará rastro de tu trigo, tu mosto y tu aceite, de las crías de tu ganado y del parto de tus ovejas, hasta destruirte; 52que te sitiará en todas tus ciudades, hasta que se derrumben las altas y sólidas murallas que creías tu seguridad en toda tu tierra; te sitiará en todas tus ciudades, por toda la tierra que va a darte el Señor, tu Dios, 53y te comerás el fruto de tu vientre, la carne de los hijos e hijas que te haya dado el Señor, tu Dios, en la angustia del asedio con que te estrechará tu enemigo. 54El más refinado y exquisitó mirará con envidia a su hermano, a la mujer que se acostaba en tus brazos y a los hijos que le quden, 55por tener que repartir con otros la carne del hijo que se coma, al no haberle quedado ya nada, en la angustia del asedio con que te estreche tu enemigo, en todas tus ciudades; 56la más refinada y exquisita, la que jamás se aventuraba a posar la planta del pie sobre la tierra, de tanta finura y exquisitez, mirará con envidia al hombre que se acostaba en sus brazos, a su hijo y a su hija; 57 a la placenta que le sale entre las piernas y al hijo que acaba de parir, que querría comérselos a escondidas, al faltarle todo, en la angustia del asedio con que te estreche tu enemigo, en todas tus ciudades.
58>>Si no pones por obra todos los artículos de esta ley, escritos en este Código, temiendo este nombre glorioso y terrible, "el Señor, tu Dios", 59el Señor os producirá a ti y a tus descendientes heridas impresionantes, heridas tremendas y enconadas, enfermedades malignas y crónicas; 60él vovlerá contra ti las epidemias egipcias que te horrorizan y te las pegará, 61y todas las enfermedades y heridas que no aparecen en el código de esta ley también las lanzará contra ti, hasta exterminarte.
62>>Pocos seréis los que quedéis, después de haber sido numerosos como las estrellas del cielo, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios.
63Como gozó el Señor haciéndoos el bien, haciéndoos crecer, igual ha de gozar destruyéndoos y exterminándoos; seríes arrancados de la tierra adonde vas a entrar para tomarla en posesión, 64y el Señor os dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y allí darás culto a dioses extranjeros, desconocidos de ti y de tus padres, piedra y leño; 65no descansarás jamás en esos pueblos, no reposará nunca la planta de tu pie; el Señor te volverá allí asustadizo, ciego y cobarde; 66vivirás pendiente de un hilo, temblarás día y noche, no vivirás jamás seguro; 67por la mañana dirás: "Ojalá anocheciese", por el pavor que estremecerá tu corazón, por el espectáculo que verán tus ojos.
68>>El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: "No lo volverás a ver", y allí seréis puestos en venta como esclavos y esclavas a vuestros enemigos, y no habrá comprador>>.

Explicación.

28 Este gigantesco capítulo final de la alianza está dedicado a bendiciones y maldiciones: práctica normal. Pero leyendo el texto nos sorprende el reparto desigual: para las bendiciones (1-14); para las maldiciones (15-68). ¿A qué se debe la desigualdad?

Se aduce el ejemplo de pactos y códigos extranjeros, que dedican todo o casi todo el espacio a maldiciones para los transgresores, y que han inspirado el texto del Dt. Las adiciones de 45-57 y 58-68 y de elementos parenéticos reducen la desigualdad, no la anulan. Quizá sea más fácil describir desgracias que dichas: el bien en la integridad, el mal por cualquier defecto (bonum ex integra causa, malum ex quocumque defectu). O será que la presencia y recuerdo del destierro induce este recuento casi complacido de desgracias.

Se puede hipotizar un formulario original simple, uniforme, simétrico; pero es imposible reconstruir semejante original hipotético. Se pueden distinguir las formas más simples "bendito... maldito", la forma optativa, el enunciado de futuro. Compárese este capítulo con el 26 del Levítico.

28,1-2 Si bien bendiciones y maldiciones están promulgadas por Dios, funcionan como fuerzas de una dialéctica provocada por la alianza. Por la respuesta del hombre, se ponen en movimiento ambas hasta darle alcance.

28,3-6 La primera serie comprende seis enunciados "bendito" organizados en binas polares o complementarias: ciudad y campo sintetizan la cultura urbana y agraria de la época, salir y entrar sintetizan todos los movimientos; vacas y ovejas sintetizan el ganado doméstico; cesta y artesa representan los productos naturales y elaborados. ¿Tienen parentesco especial vientre y tierra?: pueden indicar el paralelismo tradicional de fecundidad y fertilidad.

28,4 Lc 1,42.

28,7-14 El segundo grupo repite algunas bendiciones precedentes en forma optativa, con comentarios parenéticos. Se pueden resumir en paz y prosperidad, paz como ausencia de guerra (cfr. Sal 144,12-15).

28,7 La formulación responde a una agresión militar.

28,8 El granero expresa la conclusión del ciclo, la empresa el comienzo y desarrollo.

28,9 Confirmación de la alianza: según Ex 19,6 y la ratificación reciente 26,17-19.

28,11 Para "tierra" emplea aquí el término que designa la tierra de cultivo.

28,12 Véanse 11,14 y Sal 65. Sobre el prestar; 15,6.

28,13 Véase Is 9,13.

28,14 En la exhortación conclusiva retorna al primer mandamiento y subraya el valor condicionado de las bendiciones.

28,16-19 Repiten como en espejo y en forma de maldición el grupo de 3-6.

28,20-44 Observaciones de conjunto sobre la serie optativa. a) Algunas repiten bendiciones, invirtiendo sujeto y complemento: padecerá Israel lo que antes tocaba al enemigo. b) Algunas parecen inspiradas en textos de maldición asirios, en el Dt sin referencia a otras divinidades. Otras pueden estar inspiradas en oráculos proféticos. c) El fracaso constituye una grave maldición: el trabajar en vano, sin disfrutar del producto, porque otros se lo llevan; en el terreno de la familia y del trabajo. d) Algunas forman bloques menores dentro de la serie. e) Varias hablan de exterminar, aniquilar, perecer, acabar con, consumir. f) Los elementos parenéticos se reducen al mínimo.

28,20 Empieza con énfasis: acumulando sustantivos, universalizando "todas", extremando "perezcas". La mala conducta es abandono del Señor.

28,21 La peste: nombre genérico de cualquier epidemia grave; una de las cuatro plagas clásicas de Jr y Ez.

28,22 También es enfática esta enumeración. La identificación de las dolencias es dudosa. Am 4,9.

28,24 Invierte la función del cielo atribuyéndole lo propio de la tierra.

28,25 Sal 44,10-15.

28,26 Como 1 Sm 17,46 (David a Goliat); Jr 15,4 y paralelos.

28,27 Como 1 Sm 5,6; Lv 21,20.

28,28 Véase Zac 12,4.

28,29 Véase Is 59,10.

28,30 La misma serie en la ley de la guerra: 20,5-7.

28,32 Como botín de guerra o en pago de deudas.

28,33 P. ej. Jue 6; Is 1,7.

28,35 Expresión semejante en Is 1,6.

28,36 Parece aludir al destierro de Jeconías y Sedecías (2 Re 24-25), poniendo al Señor como sujeto agente. La segunda parte es como una humillante pena del talión, porque los dioses extranjeros son "piedra y leño".

28,37 Véase Jr 18,16; 24,9.

28,38-42 Animales despreciables hacen el papel de verdugos, frustrando el trabajo de los campesinos.

28,45-46 Sirven de conclusión y de enlace para continuar. La forma de pretérito perfecto muestra que Israel ha consumado la desobediencia. En boca de Moisés equivaldría a futuro perfecto.

28,47 Comienza otra serie, en la que escuchamos resonancias de la terrible caída de Jerusalén y del destierro. Es fácil identificar ecos de los profetas. El autor proyecta los sucesos, en forma de maldición, al tiempo de Moisés, y explica así que estaban previstos y habían sido amenazados. El fundamento de semejante operación pudieron ser las breves maldiciones que formaban parte de la alianza primitiva. Puede compararse con las Lamentaciones. Véase en el cap. 8 la descripción de la abundancia como don y como tentación.

28,48 El yugo representa la esclavitud: véase Jr 28,13; Sal 2,3.

28,49 Véanse Is 5,26; Jr 48,40.

28,50 Is 33,19; Jr 5,15.

28,51 Jr 5,17; Is 62,8s.

28,52 2 Re 17,5; 25,1-4.

28,53-57 2 Re 6,28; Jr 19,9; Lam 4,10; Bar 2,3. El autor describe actos de canibalismo con realismo estremecedor; compone una escena con varios personajes y momentos.

28,58-68 Comienza una última serie, colgada de la condicional inicial. Lo más grave y llamativo de este bloque es el ir desandando, deshaciendo la liberación. La promesa de descendencia patriarcal: "seréis pocos": el don de la tierra: "seréis arrancados"; el culto al Señor: "dioses extranjeros"; la salida de Egipto: "te hará volver". Quizá pensando en la revelación del nombre (Ex 3,14-16), ha mencionado enfáticamente "el nombre" en la condición inicial (cfr. Sal 99).

28,62 Véanse Jr 42,2; Bar 2,29; Neh 7,4.

28,63 Cfr. PRov 1,26; Ez 5,13.

28,64 Jr 19,4; 44,3.

28,65 Lm 1,3.

28,66 Job 24,22.

28,67 Job 7,4.

28,68 Dt 17,16; Os 8,13; 9,3. No termina, como Lv 26 o 1 Re 8, con conversión y esperanza.

28,69 En la disposición actual del libro, este verso funciona como introducción a lo que sigue. Y propone la distinción de alianzas. Ya en el Éxodo figuraban dos alianzas: capítulo 24 y 34; cada una con su decálogo. También en Dt distingue dos alianzas: una en el Horeb, con el decálogo de Dt 5, y la nueva en Moab, con los mandatos y decretos promulgados por Moisés. Ambos casos, Ex y Dt, pueden considerarse como renovación de la misma alianza; otra serie de textos hablan de renovación de la alianza como acto litúrgico periódico o en ocasiones trascendentales (p. ej. Josué Jos 24; Josías 2 Re 23). Cuando Jr 31 habla de una segunda alianza futura, habla de otra cosa, de un modo nuevo de alianza eficaz. Con la de Jeremías, no con la de Moab, se identifica la nueva alianza de Jesucristo.

Por influjo, quizá, de Jeremías, algunos detalles de los siguientes capítulos sugieren la interioridad de la alianza en Moab.