lunes, 18 de julio de 2016

NÚMEROS. CAPÍTULO 24.

241Viendo Balaán que el Señor tenía a bien a bendecir a Israel, no anduvo como las otras veces en busca de presagios, sino que se volivó hacia el desierto, 2y tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El Espíritu de Dios vino sobre él, 3y recitó sus versos:
<<Oráculo de Balaán,
hijo de Beor;
oráculo del hombre
de ojos perfectos,
4oráculo del que escucha
palabras de Dios,
que contempla visiones
del Todopoderoso,
en éxtasis,
con los ojos abiertos.
5¡Qué bellas las tiendas de Jacob
y las moradas de Israel!
6Como vegas dilatadas,
como jardines junto al río,
como áloes que plantó el Señor
o cedros junto a la corriente;
7el agua rebosa de sus cubos
y con el agua
se multiplica su simiente.
Su rey es más alto que Agag
y su reino descuella.
8Dios lo sacó de Egipto
embistiendo como un búfalo.
Devorará
a las naciones enemigas
y triturará sus huesos,
las traspasará con sus flechas.
9Se agazapa y se tumba
como un león,
o como una leona,
¿quién lo desafiará?
Bendito quien te bendiga,
maldito quien te maldiga>>.
10Balac entonces, irritado contra Balaán, dio una palmada y dijo:
-Te he llamado para maldecir a mi enemigo y ya lo has bendecido tres veces. 11Pues ahora escapa a tu patria. Te había prometido riquezas, pero el Señor te deja sin ellas.
12Balaán contestó:
13-Ya se lo dije yo a los correos que enviaste: Aunque Balac me regale su palacio lleno de oro y plata, no puedo quebrantar el mandato del Señor haciendo mal o bien por cuenta propia; lo que el Señor me diga lo diré.

Cuarto oráculo

14>>Ahora me vuelvo a mi pueblo, pero antes te explicaré lo que este pueblo hará al tuyo en el futuro>>.
15Y recitó sus versos:
<<Oráculo de Balaán,
hijo de Beor;
oráculo del hombre
de ojos perfectos,
16oráculo del que escucha
palabras de Dios
y conoce los planes
del Altísimo,
que contempla visiones
del Todopoderoso,
en éxtasis,
con los ojos abiertos.
17Lo veo, pero no es ahora;
lo contemplo,
pero no será pronto.
Avanza
la constelación de Jacob
y sube el cetro de Israel.
Triturará la frente de Moab
y el cráneo de los hijos de Set;
18se adueñará de Edom,
se apoderará de Seír,
Israel ejercerá el poder,
19Jacob dominará y acabará
con los que queden
en la capital>>.
20Después, viendo a Amalec, recitó sus versos:
<<Amalec era primicia
de las naciones,
al final ha de perecer>>.
21Viendo a los cainitas, pronunció sus versos:
<<Tu morada es durarera:
has puesto tu nido en la peña,
22pero tu nido
quedará arrasado>>.
.............................*
23Y siguió recitando:
<<Naves llegan del norte,
24navíos del extremo del mar*
que oprimirán a Asur y a Eber,
pero al final perecerán>>.
25Después Balaán se puso en camino y volvió a su casa, y Balac también emprendió su viaje.

Explicación.

24,1-2 Otro modo de profecía: no va en busca de conjuros ni recibe palabras en la boca; sino que mira y, al contemplar, lo invade el espíritu de Dios, que transforma la visión en profecía.

24,3-9 Después de la introducción, en que se presenta el vidente, sigue la visión transfigurada, el recuerdo histórico, el futuro glorioso.

24,3-4 Primera estrofa: hay que completar 41 según 16a. Balaán se presenta como profeta extático (cfr. 1 Sm 19,20-24), que ve visiones y escucha mensajes divinos, y los pronuncia como oráculo propio: ne´um (cfr. 2 Sm 23,1). "Ojos abiertos": con el verbo que significa desnudar, destapar, desvelar; como una mirada fija con los párpados descorridos.
24,5-6 Segunda estrofa. Las "tiendas" en sentido propio designan un campamento de nómadas, metafóricamente también instalaciones urbanas. La visión es paradisíaca (cfr. Gn 13,10). Las imágenes vegetales sugieren la vitalidad (cfr. Sal 92,13-15; Is 61,3) y añaden valor simbólico a lo que sigue.

24,7-8a Tercera estrofa. Símbolo de fecundidad humana, como indica Prov 5,15-18. Agag es el nombre de un rey amalecita derrotado por Saúl (1 Sm 15,8); como gag significa terraza, el verso juega con el nombre.

24,8b-9 Cuarta estrofa. La imagen emblemática del león se aplica a Judá en Gn 49,9 con referencia davídica. El último verso es una bendición que el vidente pronuncia para sí, retorciendo las palabras de Balac (22,6); véanse Gn 12,3 y 27,29.

24,10 La triple bendición es definitiva y no puede ser anulada ni neutralizada; por eso Balac despide al adivino alquilado, negándole la paga prometida. Pero no se atreve a hacerle mal, temeroso de su poder. En este momento Balac usa el nombre de Yhwh: ¿polemizando con el adivino? como si dijera: no yo, sino ese Dios que tú invocas.

24,14 Después de la triple bendición y el despido, la historia podría terminar. El autor se las arregla para añadir un cuarto oráculo importante y otros tres menores.

24,15-19 La primera estrofa es repetición. La segunda se orienta hacia el futuro. Cada pueblo tiene su estrella o constelación (vocalizando como plural). Como un astrólogo, nuevo oficio, Balaán contempla el movimiento de lo astros del destino: ve cómo "avanza" -o domina, según otra traducción posible- el astro de Jacob. El "cetro" alude a David y su dinastía (Sal 45,7; compárese con Gn 49,8-12), y por este capítulo se leyó este texto como profecía mesiánica. A esta estrella alude la de los magos (Mt 1) y el emblema de la bandera del Estado moderno de Israel. Quizá haya ecos de este oráculo en el Sal 110.

Las victorias sobre Moab y Edom pueden corresponder a las de David (2 Sm 8,2-13; 1 Re 11,14-16). En vez de Set, proponen algunos leer Sutu, nombre de una antigua tribu de la región. El texto hebreo de las últimas frases es muy dudoso.

24,20-24 Estos tres oráculos son como germen de lo que serán los oráculos proféticos contra naciones paganas. Algunos breves como éstos han sido acogidos en colecciones proféticas mayores.

24,20 Los amalecitas ya han asomado como enemigos de Israel (Ex 17,8-16); reaparecen en el libro de los Jueces (Jue 6-7) y en tiempos de Saúl y David (1 Sm 15,7-9 y 27,8). El oráculo juega con la antítesis principio / final.

24,21-22 Jael, la vencedora de Sísara, era quenita (Jue 4,17; 5,24); su familia o clan era aliada de Israel. Le son hostiles los amalecitas según 1 Sm 15,6. El oráculo los presenta como pueblo montañero (cfr. Abd 4; Hab 2,9). El verbo significa abrasar o arrasar. La última frase es ininteligible.

24,22* Ininteligible.

24,24 Este Asur no es el imperio asirio, sino una tribu meridional mencionada en Gn 25,3. Eber figura en la genealogía de Gn 10,21-24. Las naves que vienen de occidente son un hecho tan asombroso para los israelitas, que pueden interpretarse como recuerdo confuso de las migraciones de los "pueblos del mar" (entre ellos los filisteos); más tarde se pudo aplicar el oráculo a los conquistadores griegos. El texto hebreo está corrompido; nuestra traducción es reconstrucción.

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