lunes, 1 de febrero de 2016

GÉNESIS. CAPÍTULO 41.

Sueños del Faraón (Dn 2; 4)


411Pasaron dos años y el Faraón tuvo un sueño: 2Estaba en pie junto al Nilo cuando vio salir del Nilo siete vacas hermosas y bien cebadas que se pusieron a pastar en el carrizal. 3Detrás de ellas salieron del Nilo otras siete vacas flacas y mal alimentadas, y se pusieron, junto a las otras, a la orilla del Nilo, 4y las vacas falcas y mal alimentadas se comieron las siete vacas hermosas y bien cebadas. El Faraón despertó.

5Tuvo un segundo sueño: Siete espigas brotaban de un tallo, hermosas y granadas, 6y siete espigas secas y con tizón brotaban detrás de ellas. 7Las siete espigas secas devoraban a las siete espigas granadas y llenas. El Faraón despertó; había sido un sueño.
8A la mañana siguiente, agitado, mandó llamar a todos los magos de Egipto y a sus sabios, y les contó el sueño, pero ninguno sabía interpretárselo al Faraón. 9Entonces el Copero Mayor dijo al Faraón:
10-Tengo que confesar hoy mi pecado. Cuando el Faraón se irritó contra sus siervos y nos metió en la cárcel en casa del mayordomo, a mí y al Panadero Mayor, 11él y yo tuvimos un sueño la misma noche; cada sueño con su propio sentido. 12Había allí con nosotros un joven hebreo, siervo del mayordomo; le contamos el sueño y él lo interpretó, a cada uno su interpretación. 13Y tal como él lo interpretó así sucedió: a mí me restablecieron en mi cargo, a él lo colgaron.


José interpreta los sueños



14El Faraón mandó llamar a José. Lo sacaron aprisa del calabozo; se afeitó, se cambió el traje y se presentó al Faraón. 15El Faraón dijo a José:

-He soñado un sueño y nadie sabe interpretarlo. He oído decir de ti que oyes un sueño y lo interpretas.
16Respondió José al Faraón:
-Sin mérito mío, Dios dará al Faraón respuesta propicia.
17El Faraón dijo a José:
18-Soñaba que estaba de pie junto al Nilo, cuando vi salir del Nilo siete vacas hermosas y bien cebadas, y se pusieron a pastar en el carrizal; 19detrás de ellas salieron otras siete vacas flacas y mal alimentadas, en los huesos; no las he visto peores en todo el país de Egipto. 20Las vacas flacas y mal alimentadas se comieron las siete vacas anteriores, las cebadas. 21Y cuando entraron dentro de ellas, no se notaba que habían entrado, pues su aspecto seguía tan malo como al principio. Y me desperté. 22Tuve otro sueño: Siete espigas brotaban de un tallo, hermosas y granadas, 23y siete espigas crecían detrás de ellas, mezquinas, secas y con tizón; 24las siete espigas secas devoraban a las siete espigas hermosas. Se lo conté a mis magos y ninguno pudo interpretármelo.
25José dijo al Faraón:
-Se trata de un único sueño: Dios anuncia al Faraón lo que va a hacer. 26Las siete vacas gordas son siete años de abundancia y las siete espigas hermosas son siete años: es el mismo sueño. 27Las siete vacas flacas y desnutridas, que salían detrás de las primeras, son siete años y las siete espigas vacías y con tizón son siete años de hambre. 28Es lo que he dicho al Faraón: Dios ha mostrado al Faraón lo que va a hacer. 29Van a venir siete años de gran abundancia en todo el país de Egipto; 30detrás vendrán siete años de hambre que harán olvidar la abundancia de Egipto, pues el hambre acabará con el país. 31No habrá rastro de abundancia en el país a causa del hambre que seguirá, pues será terrible. El haber soñado el Faraón dos veces indica que Dios confirma su palabra y que se apresura a cumplirla. 33Por tanto, que el Faraón busque un hombre sabio y prudente y lo ponga al frente de Egipto; 34establezca inspectores que dividan el país en regiones y administren durante los siete años de abundancia. 35Que reunan toda clase de alimentos durante los siete años buenos que van a venir, metan grano en los graneros por orden del Faraón y los guarden en las ciudades. 36Los alimentos se depositarán para los siete años de hambre que vendrán después en Egipto, y así no perecerá de hambre el país.


José es nombrado virrey



37El Faraón y sus ministros aprobaron la propuesta, 38y el Faraón dijo a sus ministros:

-¿Podemos encontrar un hombre como éste, dotado de un espíritu sobrehumano?
39Y el Faraón dijo a JOsé:
-Ya que Dios te ha enseñado todo eso, nadie será tan sabio y prudente como tú. 40Tú estarás al frente de mi casa y todo el pueblo obedecerá tus órdenes; sólo en el trono te precederé.
41Y añadió:
-Mira, te pongo al frente de todo el país.
42Y el Faraón se quitó el anillo de sello de la mano y se lo puso a José; le vistió de traje de lino y le puso un collar de oro al cuello. 43Lo hizo sentarse en la carroza de su lugarteniente y la gente gritaba ante él: ¡Gran Visir! Y así lo puso al frente de Egipto.
44El Faraón dijo a José:
-Yo soy el Faraón; sin contar contigo nadie moverá mano o pie en todo Egipto.
45Y llamó a José Zafnat-Panej, y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. José salió a recorrer Egipto.
46Treinta años tenía cuando se presentó al Faraón, rey de Egipto; saliendo de su presencia, viajó por todo Egipto. 47La tierra produjo generosamente los siete años de abundancia; 48durante ellos acumuló alimentos en las ciudaes: en cada una metió las cosechas de los campos de la comarca. 49Reunió grano en cantidad como arena de la playa, hasta que dejó de medirlo porque no alcanzaba a hacerlo.
50Antes del primer año de hambre le nacieron a JOsé dos hijos de Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. 51Al primogénito lo llamó Manasés, diciendo: "Dios me ha hecho olvidar mis trabajos y la casa paterna". 52Al segundo lo llamó Efraín, diciendo: "Dios me ha hecho crecer en la tierra de mi aflicción".
53Se acabaron los siete años de abundancia en Egipto 54y comenzaron los siete años de hambre, como había anunciado José. Hubo hambre en todas las regiones, y sólo en Egipto había pan. 55Llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios:
-Dirigíos a José y haced lo que él os diga.
56La carestía cubrió todo el país. José abrió los graneros y vendió grano a los egpicios, mientras el hambre arreciaba en Egipto.
57Todo el mundo venía a Egipto, a comprar grano a José, pues el hambre arreciaba en todas partes.


Explicación.



41,1 Est 11,2-12.


41,1-36 Los sueños del Faraón son dos y mellizos. Los números de objetos, que en los sueños de los funcionarios significan, en los de Faraón significan años: José atina con el ritmo y tiempo exactos de esa partitura cifrada. El mundo imaginativo de los seis sueños es curiosamente heterogéneo, con parcelas agrícola, gastronómica y pecuaria. Los funcionarios encerrados en un mundo de exquisiteces de la mesa real; el Faraón en un mundo agropecuario, y sólo José libre para saltar a las estrellas. Los sueños sirven además para que José se destaque de los sabios egipcios. El solo demuestra ser "sabio y prudente", porque está dotado de "un espíritu sobrehumano". No se contenta con explicar los sueños, sino que se adelanta a dar consejos, apoyando de paso y con disimulo su causa. El esquema se repetirá en la historia de Daniel y sus compañeros en la corte babilonia.

41,2-7 Incluso en sueños es portentoso que una vaca se coma entera a otra, y de mayor volumen. No menos portentosas son espigas que comen espigas. Realmente quien sueña es el narrador. Pero la expresión "vacas flacas" se ha vuelto proverbial.

41,6 1 Re 3,15.

41,16 José corrige al Faraón con modestia y audacia, apelando a un Dios que está por encima del rey y controla los acontecimientos. Insiste en ellos en los versos 25.28.31 y el Faraón lo reconoce en 38.39.

41,18-21 Es recurso narrativo que el Faraón añade detalles al contar el sueño.

41,25-36 José divide la respuesta en interpretación y consejos. Mientras la primera parte es un futuro incondicionado, la segunda exige la colaboración humana. Pero el consejo de José exige fe en la interpretación y una política de largo alcance. El extranjero ha hablado más que el soberano y ha respondido más de lo que le preguntaban. El modo de hablar con autoridad sobrehumana, el acierto en la interpretación de los sueños, la sensatez de la propuesta convencen. El Faraón y su corte aceptan la interpretación sin discutirla.

41,28 Am 3,7.

41,33 Dt 1,13.

41,37-45 El resultado del proceso es que José se ha incorporado a la vida y cultura egipcia: por el matrimonio, el nombre o título nuevo, la función. Cuando el Faraón se confía a él, lo hace a largo plazo: siete años han de pasar antes de que se compruebe la segunda parte del presagio y otros siete para sacarle las consecuencias. Y le da una esposa por adelantado: estos datos, del doble septenio y de la esposa adelantada remiten por semejanza a la historia de Jacob en casa de Labán.

41,38 "Espíritu" o dotes, "sobrehumano" o divino.

41,39 Sal 105,20-22.

41,40-41 El poder es amplísimo: se extiende a la corte, "mi casa" y al país. La excepción es clara: el trono significa la dignidad y autoridad suprema e implica la sucesión dinástica. Véase Sal 105,20-22.

41,42 Est 3,10; 8,2.

41,43 La traducción "Gran Visir" es conjetural.

41,50-52 Los nombres de los hijos son hebreos, no egipcios; con ello muestra Jacob que la bendición de la fecundidad lo liga a la tierra de los patriarcas. Los nombres se explican por como suenan, al estilo hebreo. "Olvidar" es paradójico, pues en el acto de pronunciarlo se está acordando. En realidad son los nombres de dos tribus que integran la gran tribu o "Casa de José" (Dt 33,13.17). Grupo preponderante en el reino septentrional (cfr. Jos 17,17; 18,5; 2 Sm 19,21). Llega a representar y significar el reino septentrional (Ez 37,16.19; Am 5,6.15; 6,6); aún equivale a Israel (Sal 80,2).


41,53-57 Hasta aquí se ha ido desarrollando la reivindicación y ascenso de José; en adelante se pondrá al servicio de una misión más ancha. Muy pronto comienza a ser una figura internacional.


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