miércoles, 21 de septiembre de 2016

DEUTERONOMIO: CAPÍTULO 26.

Primicias

261>>Cuando entres en la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en heredad, cuando tomes posesión de ella y la habites, 2tomarás primicias de todos los frutos que coseches de la tierra que va a darte tu Dios, los meterás en una cesta, irás al lugar que el Señor, tu Dios, haya elegido para morada de su nombre, 3te presentarás al sacerdote que esté en funciones por aquellos días y le dirás: "Hoy confieso ante el Señor, mi Dios, que he entrado en la tierra que el Señor juró a nuestros padres que nos daría a nosotros". 4El sacerdote agarrará de tu mano la cesta, la pondrá ante el altar del Señr, tu Dios, 5y tú recitarás ante el Señor, tu Dios: "mi padre era un arameo errante: bajó a Egipto y residió allí con unos pocos hombres; allí se hizo un pueblo grande, fuerte y numeroso. 6Los egipcios nos maltrataron y nos humillaron, y nos impusieron dura esclavitud. 7Gritamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestros trabajos, nuestra opresión. 8El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con terribles portentos, con signos y prodigios, 9y nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. 10Por eso traigo aquí con las primicias de los frutos del suelo que me diste, Señor". Y lo depositarás ante el Señor, tu Dios; te postrarás ante el Señor, tu Dios, 11y harás fiesta con el levita y el emigrante que viva en tu vecindad por todos los bienes que el Señor, tu Dios, te haya dado a ti y a tu casa.
12>>Cuando termines de repartir el diezmo de todas tus cosechas, cada tres años, el año del diezmo, y se lo hayas dado al levita, al emigrante, al  huérfano y a la viuda para que coman hasta hartarse en tus ciudades, 13recitarás ante el Señor, tu Dios: "He apartado de mi casa lo consagrado: se lo he dado al levita, al emigrante, al huérfano y a la viuda, según el precepto que me diste. No he quebrantado ni olvidado ningún precepto. 14No he comido de ello estando de luto, ni lo he apartado estando impuro, ni se lo he ofrecido a un muerto. He escuchado la voz del Señor, mi Dios, he cumplido todo lo que me mandaste. 15Vuelve los ojos desde tu santa morada, desde el cielo, y bendice a tu pueblo, Israel, y a esta tierra que nos diste, como habías jurado a nuestros padres, una tierra que mana leche y miel".
16>>Hoy te manda el Señor, tu Dios, que cumplas estos mandatos y decretos. Guárdalos y cúmplelos con todo el corazón y con toda el alma.
17>>Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone: "Que él será tu Dios, que tú irás por sus caminos, guardarás sus mandatos, preceptos y decretos y escucharás su voz".
18>>Hoy se compromete el Señor a acaptar lo que tú le propones: "Que serás su propio pueblo -como te prometió-, que guardarás todos sus preceptos, 19que él te elevará en gloria, nombre y esplendor por encima de todas las naciones que ha hecho, y que serás el pueblo santo del Señor", como ha dicho>>.

Explicación.

26,1-15 Esta sección se leyó como pieza maestra para entender el Pentateuco, por contener el llamado credo histórico. Hoy está claro que el supuesto credo no es una pieza antiquísima, sino una síntesis tardía y madura. Se divide en dos actos litúrgicos relacionados con la cosecha. El primero es acción de gracias al Señor por la cosecha, el segundo tiene que ver con la ayuda al necesitado.

26,1-11 Primera acción cúltica: es una fiesta anual, agraria, oferta de las primicias de la cosecha. Antiguamente se celebraba en los santuarios locales, siguiendo el ritmo de las labores del campo; el Dt introduce referencias al culto centralizado. La ceremonia se compone de rito, ofrenda de primicias al Señor por medio del sacerdote, y de texto recitado, que explica su sentido.

La composición literaria utiliza una palabra o raíz clave, que establece la unidad de sentido, articulando el todo y enlazando las partes: es la raíz bw´= entrar, llegar. El pueblo entra en la tierra prometida, y hace entrar la cosecha en los graneros, entra procesionalmente en el santuario, reconociendo que hoy ha entrado en la tierra, profesa que el Señor lo hizo entrar en la tierra y por eso hace entrar ante el Señor las primicias. (La traducción castellana no puede reproducir el procedimiento literario original).

Esas relaciones verbales significan: la entrada única, histórica, en la tierra se actualiza cada año en la entrada de la cosecha; por la cosecha, entra el hombre cada año en posesión de la tierra. La liturgia repite en clave sagrada el movimiento histórico: entró en la tierra, entra en el santuario. El hombre responde a Dios; reconociendo su don y dando de lo recibido.

26,1 Acumula términos significativos: entrada, don, heredad, posesión, habitación. El momento inicial y la continuidad.

26,2-3 El "lugar elegido" es, en el lenguaje del Dt, el templo de Jerusalén.

26,5-10 En otras culturas la ofrenda de las primicias, como fiesta agraria, incluiría la recitación de un mito de fecundidad, p. ej. la bajada del dios a lo profundo de la tierra y su retorno. Israel no recita un mito, sino una historia. El "credo" está desarrollado en un movimiento alterno de aflicción y salvación: errante - gran pueblo - oprimido - liberado.

26,5 Se refiere a Jacob, según los relatos del Gn. Errante significa una condición de desamparo y riesgo.

Pueblo grande es fórmula de la promesa hecha a Abrán (Gn 12,2).

26,7 Dios de nuestros padres: el mismo que eligió a los patriarcas; no es un dios nuevo (Ex 3,16).

26,8-9 Los verbos salir y entrar, sacar e introducir, articulan la liberación en sus dos momentos fundamentales. Otros esquemas interponen el desierto.

26,12-14 La segunda acción cúltica combina un antiguo rito de diezmos con una práctica posterior de orden social (14,28-29). El resultado es que el reparto se hace a favor de los necesitados, mientras que la confesión negativa es de orden sagrado. Los cuatro grupos citados coinciden en no poseer terrenos: su participación en los bienes de la tierra se realiza por la institución de los diezmos trienales.

26,13 En el texto actual resulta sagrada la parte reservada a los necesitados.

26,14 Estados de impureza ritual. Alguno ha querido ver en ese "muerto" al dios de la vegetación; pero véase Eclo 30,18 sobre ofrendas mortuorias.

26,15 La invocación abarca los dos actos litúrgicos. Terminada la ofrenda de agradecimiento, el hombre invoca la nueva bendición de Dios, que pone en marcha el nuevo ciclo de la tierra.

26,16 Cláusula final del cuerpo legal: corresponde a 12,1.

26,17-19 Ratificación formal y bilateral de la alianza, formulada por las dos partes, por medio de un mediador. Por la forma se podría pensar en una alianza entre iguales; el contenido y todo el contexto del libro desmienten la supuesta paridad.

Cada una de las partes propone y acepta un compromiso doble, mutuo: ofrece y exige a la otra parte. El Señor propone ser el Dios de Israel y exige obediencia a sus mandatos; el pueblo ofrece ser el pueblo de Dios y exige que Dios lo honre y consagre.

Hay que observar el puesto que ocupa esta fórmula de ratificación: después de la introducción histórica y el decálogo (1-5) de la sección parenética (6-11) del cuerpo legal (12-26); antes de las bendiciones y maldiciones que completan la alianza. Hay que colocar estos versos junto a Ex 24 y Jos 24.

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