domingo, 13 de marzo de 2016

ÉXODO. CAPÍTULO 12.

Pascua (Lv 23,5-8; Nm 9,1-14; Dt 16,1-8; Jos 5,10)

121En aquellos días, el Señor dijo a Moisés y a Aarón en Egipto:
2-Este mes será para vosotros el principal, será para vosotros el primer mes del año. 3Decid a toda la asamblea de Israel: El diez de este mes cada uno procurará una res para su familia, una por casa. 4Si la familia es demasiado pequeña para terminarla, que se junte con el vecino de casa; según el número de comensales y lo que coma cada uno, se repartirá la res. 5Será un animal sin defecto, macho, añal, cordero o cabrito. 6Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y entonces toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. 7Con algo de la sangre rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. 8Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, acompañada de pan sin fermentar y verduras amargas. 9No comeréis de ella nada crudo ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y entrañas. 10No dejaréis restos para la mañana siguiente, y si sobra algo, lo quemaréis. 11Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua del Señor. 12Esa noche atravesaré todo el territorio egipcio dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. 13La sangre será vuestra contraseña en las casas donde estéis: cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora cuando yo pase hiriendo a Egipto. 14Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis fiesta al Señor. Ley perpetua para todas las generaciones.

Los ázimos (Nm 9,11; 1 Cor 5.7s)

15-Durante siete días comeréis panes ázimos; el día primero haréis desaparecer de vuestras casas toda levadura, pues el que coma algo fermentado será excluido de Israel. Así del primero al séptimo día. 16El día primero hay asamblea lítúrgica y lo mismo el día séptimo: no trabajeréis en ellos; solamente prepararéis lo que haga falta a cada uno para comer. 17Observaréis la ley de los ázimos, porque en tal día sacó el Señor a sus escuadrones de Egipto. Haréis fiesta ese día: es ley perpetua para todas vuestras generaciones. 18Desde el día catorce por la tarde del mes primero al día veintiuno por la tarde comeréis panes ázimos; 19durante siete días no habrá levadura en vuestras casas, pues quien coma algo fermentado será excluido de la asamblea de Israel, sea forastero o indígena. 20No comáis nada fermentado, sino comed panes ázimos en todos vuestros poblados.

Órdenes de Moisés

21Moisés llamó a todas las autoridades de Israel y les dijo:
-Escogeos una res por familia y degollad la víctima de Pascua. 22Tomad un manojo de hisopo, mojadlo en la sangre del plato y untad de sangre el dintel y las dos jambas, y ninguno de vosotros salga por la puerta de casa hasta la mañana siguiente. 23El Señor va a pasar hiriendo a Egipto, y cuando vea la sangre en el dintel y las jambas, el Señor pasará de largo y no permitirá al exterminador entrar en vuestras casas para herir. 24Cumplid este mandato del Señor: es ley perpetua para vosotros y vuestros hijos. 25Y cuando entréis en la tierra que el Señor os va a dar, según lo prometido, observaréis este rito. 26Y cuando os pregunten vuestros hijos qué significa este rito, 27les responderéis: es el sacrificio de la Pascua del Señor. Él pasó en Egipto, junto a las casas de los israelitas, hiriendo a los egipcios y protegiendo nuestras casas.
28El pueblo se inclinó y se prosternó. Y los israelitas fueron y pusieron por obra lo que el Señor había mandado a Moisés y a Aarón.

Salida de Israel (Sab 18,5-19; Sal 105,36-38)

29A medianoche, el Señor hirió de muerte a todos los primogénitos de Egipto: desde el primogénito del Faraón que se sienta en el trono hasta el primogénito del preso encerrado en el calabozo, y los primogénitos de los animales. 30Aún de noche, se levantó el Faraón y su corte y todos los egipcios, y se oyó un clamor inmenso en todo Egipto, pues no había casa en que no hubiera un muerto.
31El Faraón llamó a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo:
-Levantaos, salid de en medio de mi pueblo, vosotros con todos los israelitas, id a ofrecer culto al Señor como habéis pedido; 32llevaos también las ovejas y las vacas, como decíais; despedíos de mí y salid.
33Los egipcios urgían al pueblo que saliese cuanto antes del país, pues temían morir todos. 34El pueblo sacó de las artesas la masa sin fermentar, la envolvió en mantas y se la cargó al hombro. 35Además, los israelitas hicieron lo que Moisés les había mandado: pidieron a los egipcios utensilios de plata y oro y ropa; 36el Señor hizo que se ganaran el favor de los egipcios, que les dieron lo que pedían. Así despojaron a Egipto.
37Los israelitas marcharon de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños; 38y les seguía una turba inmensa, con ovejas y vacas y enorme cantidad de ganado. 39Cocieron la masa que habían sacado de Egipto haciendo hogazas de pan ázimo, pues no había fermentado, porque los egipcios los echaban y no podían detenerse, y tampoco se llevaron provisiones.
40La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años. 41Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de Egipto los escuadrones del Señor. 42Noche en que veló el Señor para sacarlos de Egipto: noche de vela para los israelitas por todas las generaciones.

Rito de la Pascua

43El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
44-Este es el rito de la Pascua. Ningún extranjero la comerá. Los esclavos que te hayas comprado, circuncídalos y sólo entonces podrán comerla. 45Ni el criado ni el jornalero la comerán. 46Cada cordero se ha de comer dentro de una casa sin sacar afuera nada de la carne, y no le romperéis ningún hueso. 47La comunidad entera de Israel la celebrará. 48Y si el emigrante que vive contigo quiere celebrar la Pascua del Señor, hará circuncidar a todos los varones, y sólo entonces podrá tomar parte en ella: será como un indígena. Pero ningún incircunciso la comerá. 49La misma ley vale para el indígena y para el emigrante que vive con vosotros.
50Así lo hicieron los israelitas: todo lo que el Señor había ordenado a Moisés y a Aarón lo cumplieron. 51Y aquel mismo día el Señor sacó de Egipto a los israelitas, por escuadrones.

Explicación

12,1-13,16 Este texto es muy difícil a una primera lectura, porque está compuesto de materiales heterogéneos no bien integrados: piezas narrativas, prescripciones litúrgicas, frases de catequesis.

Lo que complica más la lectura es la superposición de perspectivas. Supongamos dos elementos originarios independientes: unos hechos históricos, unas prácticas litúrgicas. En un momento dado los dos elementos se funden: la historia justifica y explica el rito, la liturgia conmemora y actualiza dramáticamente los hechos pasados. El autor superpone ambos elementos con perspectiva cambiante.

Podemos imaginar una acción litúrgica en primer plano, dentro de la cual se recuerda y se representa su supuesto origen histórico. Podemos pensar en la narración histórica, sobre la cual se va proyectando su versión litúrgica posterior. En la narración y el cine de nuestros días procedimientos semejantes no son raros, y nos ayudan a asomarnos al texto bíblico.

La parte narrativa incluye: la muerte de los primogénitos, la comida ritual del cordero y el rito de untar de sangre las jambas, la comida apresurada del pan sin fermentar, la huida precipitada con los regalos o préstamos de los egipcios.

La parte litúrgica incluye: el rito de pascua con sus rúbricas y ceremonias, los panes ázimos, la consagración de los primogénitos. Con dos adiciones de carácter cateqúetico, para instrucción de los niños.

La comida ritual de un cordero es práctica de pastores, la de los panes ázimos supone un pueblo agricultor; la consagración de primogénitos no tiene fronteras culturales. La comida del cordero se liga al recuerdo de la protección de los israelitas durante la noche trágica; la comida de los ázimos se liga al recuerdo de la salida apresurada; la consagración de los primogénitos se liga a la matanza de los primogénitos de Egipto. Así quedan historificadas y reunidas esas tres prácticas, así se asegura el recuerdo perpetuo de tradiciones históricas.

Es como si leyéramos un misal o libro litúrgico seguido, pasando de un texto narrativo a una rúbrica en letra roja, a una ley, a una explicación. La unión del hecho con su recuerdo litúrgico es experiencia vivida por el autor, y nos sirve a nosotros para entender y celebrar nuestra Pascua.

Podemos articular el texto así: instrucciones de Dios: pascua y ázimos (12,1-20): instrucciones de Moisés (21-27a); cumplimiento (27b-28); relato (29-39); sumario (40-42); instrucciones de Yhwh (13,1-2); instrucciones de Moisés (3-16). Se ha propuesto el siguiente reparto de fuentes: (P) 12,1-20.28.40-51; 13,1-2. (E) 12,35-36. (J) 12,12-23.27b.29-34.37-39. (D) 12,24-27a; 13,3-16.

12,1-14 Primera parte de las instrucciones del Señor. Hasta el v.11 se lee como ritual de ceremonias que se han de observar al celebrar la pascua: calidad del animal, los que lo han de comer, cómo adobarlo y comerlo, fecha exacta y tiempo del día. Los versos 12-13 funcionan como explicación histórica del rito; en el relato funcionan como anuncio del hecho inminente. El v.14 sanciona lo anterior como ley del Señor. Sobre el origen de esta fiesta, comida ritual de un cordero, sólo tenemos conjeturas.

12,2 El dato supone un calendario establecido, con un año que comienza en primavera (Nisán): diverso del que hace comenzar el año en otoño.

12,3-4 Tiene que haber un número mínimo, de modo que todos participen de un solo animal; y la fiesta ha de tener carácter familiar.

12,6 No sabemos la razón de los cuatro días: ¿para dedicarle cuidados especiales? El atardecer, antes de que comience la caída del sol el día 15.

12,7 El origen del rito puede ser apotropaico, para alejar influjos nefastos. El v.13 lo historifica. Según 11,7, el Señor se encarga de distinguir entre egipcios y hebreos, sin recurso a la señal de la sangre.

12,12 "Atravesar" o pasar: con el verbo psh, de la misma o de homófona raíz que "pascua". La Vulgata traducía: "id est transitus Domini". Supone que los hebreos habitan mezclados con la población, no aparte en la región de Gosén.

La confrontación con el rey se levanta al plano de las divinidades: Yhwh juzga y condena a los dioses de Egipto, demostrando que "no hay como él". Sal 82.

12,13 "Exterminadora": de esta expresión y del v.23 ha salido la fórmula del "ángel exterminador".

12,14 El día -sin antecedente inmediato- sería el 15, que comienza la tarde precedente. El autor atribuye al Señor la institución de la fiesta, la funda en un hecho del pasado, le asegura validez perpetua.

12,15-20 Sigue la instrucción del Señor, sobre la semana de ázimos. La explicación histórica es forzada. El carácter litúrgico domina. La prescripción se sigue practicando hoy rigurosamente. Pablo le da una interpretación espiritual: 1 Cor 5,7-8.

12,21-27a Moisés transmite al pueblo las órdenes del Señor. Como de costumbre, no es pura repetición. Según esta versión (J), no han de salir de casa hasta la mañana: toda la noche dura el pelibro del "exterminador" y el "paso" del Señor.

12,22 Heb 9,19.

12,23 Is 26,20.

12,24-27a El modo de inculcar el mandato, la referencia a la tierra y a la catequesis infantil recuerdan el lenguaje del Deuteronomio. Se explica el rito de pascua con una paronomasia del término pesah.

12,27b Se supone que en acto de homenaje al Señor, acatando sus órdenes.

12,29-42 Cumplido el rito, el ritmo narrativo se apresura sin lograr una composición clara; el autor quiere reunir todos los datos, y al final añade un sumario erudito.

El tema de la noche abre y cierra (29-30.42) con fuerza sugestiva: noche de muerte, espantada por un clamor inmenso, noche de urgencia, noche de vela. No concuerda con la orden precedente de esperar hasta la mañana. Véase el dramático desarrollo de Sab 18,5-19. En medio se desarrolla velozmente la salida: el Faraón ahora invita o manda salir, los egipcios apremian a los israelitas y les dan dones, éstos se ponen en marcha. Dos veces (34 y 39) los panes sin fermentar son señal de una prisa que contrasta con los minuciosos preparativos de la cena pascual.

El resto son informaciones tan puntuales como dudosas sobre el número de los que salieron (exageración fantástica), la dirección de la marcha (13,20), la duración de la estancia (cuatro generaciones según 6,14-27).

12,35 Ex 3,22.

13,37 Nm 33,1-5-

12,39 Dt 16,3.

12,40 Gn 15,13.

12,41 Ex 12,17.

12,43-51 Nuevo discurso del Señor a Moisés con normas para la celebración de la pascua (el título Rito de la Pascua es parte del texto bíblico y viene al final del v.43). El modo de hablar del emigrante delata una situación en la tierra de Canaán; criados y jornaleros que no son israelitas. 

La Pascua será una fiesta de israelitas, que los une y distingue, y tendrá carácter familiar. La disposición se llama "rito" y "ley", con lo cual queda incluida en la legislación (Ex, Nm, Lv) y atribuida a Dios como autor. La exigencia de la circuncisión inspira el cap. 5 de Josué,  Juan 19,36 recoge y aplica a Jesús, Cordero inmolado, la prescripción sobre no quebrarle ningún hueso.

12,44 Jos 5,2-9.

12,46 Jn 19,36.




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