domingo, 13 de marzo de 2016

ÉXODO. CAPÍTULO 2.

Infancia de Moisés

21Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu; 2ella concibió y dio a luz un niño. Viendo lo hermoso que era, lo tuvo escondido tres meses. 3No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de mimbre, la embadurnó de barro y pez, colocó en ella a la criatura y la depositó entre los juncos, a la orilla del Nilo.
4Una hermana del niño observaba a distancia para ver en qué paraba aquello. 5La hija del Faraón bajó a bañarse al Nilo, mientras sus criadas la seguían por la orilla. Al descubrir la cesta entre los juncos, mandó a la criada a recogerla. 6La abrió, miró dentro y encontró un niño llorando. Conmovida, comentó:
-Es un niño de los hebreos.
7Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del Faraón:
-¿Quieres que vaya a buscar una nodriza hebrea que te críe el niño?
8Respondió la hija del Faraón:
-Anda.
La muchacha fue y llamó a la madre del niño.
9La hija del Faraón le dijo:
-Llévate este niño y críamelo, y yo te pagaré.
La mujer tomó al niño y lo crió.
10Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del Faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés*, diciendo: "Lo he sacado del agua".

Juventud de Moisés

11Pasaron los años, Moisés creció, salió adonde estaban sus hermanos y los encontró transportando cargas. Y vio cómo un egipcio maltrataba a un hebreo, uno de sus hermanos. 12Miró a un lado y a otro, y viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena.
13Al día siguiente, salió y encontró a dos hebreos riñendo, y dijo al culpable:
-¿Por qué maltratas a tu compañero?
14Él le contestó:
-¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro? ¿Es que pretendes matarme como mataste al egipcio?
Moisés se asustó pensando que la cosa se había sabido.
15Cuando el Faraón se enteró del hecho, buscó a Moisés para darle muerte; pero Moisés huyó del Faraón y se refugió en el país de Madián. Allí se sentó junto a un pozo.
16El sacerdote de Madián tenía siete hijas, que solían salir a sacar agua y a llenar los abrevaderos para abrevar el rebaño de su padre. 17Llegaron unos pastores e intentaron echarlas. Entonces Moisés se levantó, defendió a las muchachas y abrevó su rebaño. 18Ellas volvieron a casa de Raguel, su padre, y él les preguntó:
-¿Cómo hoy tan pronto de vuelta?
19Contestaron:
-Un egipcio nos ha librado de los pastores, nos ha sacado agua y ha abrevado el reabño.
20Replicó el padre:
-¿Dónde está? ¿Cómo lo habéis dejado marchar? Llamadlo que venga a comer.
21Moisés accedió a vivir con él, y éste le dio a su hija Séfora por esposa. 22Ella dio a luz un niño y Moisés lo llamó Gersón, dicendo: "Soy forastero* en tierra extranjera".
23Pasaron muchos años, murió el rey de Egipto, y los israelitas se quejaban de la esclavitud y clamaron. Los gritos de auxilio de los esclavos llegaron a Dios. 24Dios escuchó sus quejas y se acordó del pacto hecho con Abrahán, Isaac y Jacob; 25y viendo a los israelitas, Dios se interesó por ellos.

Explicación.

2,1-4 Nace el liberador: ¿demasiado tarde? Cuando ya está en curso la opresión; ¿cuánto tiempo hay que esperar todavía a que crezca y madure? Queda adscrito a la tribu de Leví, quizá porque así lo exige su hermano Aarón. La madre confía en el Nilo más que en los hombres, y el río tutelar de los egipcios se hace cómplice suyo para salvar al niño, conduciéndolo hasta el remanso justo del encuentro. La hermana cumple una función narrativa: vigila, sirve de enlace. El autor no parece pensar en la María de relatos posteriores. La cestilla calafateada es como un arca que navega con carga leve, pero cargada de futuro. La palabra "niño" se repite siete veces.

2,5-9 La princesa se conmueve: no entiende de la razón de Estado que invocan los hombres, no se pliega a la política despiadada de su padre, no desprecia a la raza extraña, está por la vida. La madre hace de nodriza de su hijo y lo cría para la princesa.

2,10 Etimología popular. El nombre de Moisés puede relacionarse con nombres egipcios como Tut-moses, Ra-meses.

* = Mose = sacado.

2,11-15 La primera actuación de Moisés se podría definir como el fracaso de la violencia, y podemos seguirla en tres rápidas escenas:

a) La primera es un corte radical: Moisés sale. Su primera salida, su éxodo prefigurado. Abandonando privilegios de corte, pero equipado con la cultura y relaciones allí adquiridas. Sale en acto de solidaridad con sus "hermanos" (la adopción de la princesa no ha anulado ni sustituido definitivamente sus  lazos de sangre). La opresión redobla la conciencia de hermandad.

b) Arrebatado de indignación ante la injusticia, reacciona con la violencia: ¿qué consigue con ese acto singular? No promueve la liberación de los suyos. 

c) Más aún, su violencia lo desacredita ante sus paisanos, entre los cuales también anidan injusticia y opresión; inútil su intento de usar la persuasión y apelar a la razón. Moisés se ha lanzado a actuar sin encargo divino: por su violencia es rechazado por los hermanos y puede temer a la policía egipcia. Tiene que escapar, y es su segunda salida o éxodo.

2,15 Gn 24,11; 29,1-3.

2,16-22 La actuación de Moisés junto al pozo no es un gesto romántico ni una historia de amor. Simplemente, por sentido de justicia. Moisés se pone de parte del débil; aunque las muchachas no pertenezcan al pueblo de sus hermanos.

El suegro de Moisés se llama Raguel en unos relatos y Jetró en otros. Moisés entra a su servicio como pastor, no como sacerdote. Con el trabajo y el matrimonio parece incorporarse al pueblo que lo acoge: se ha establecido humanamente. Pero el nombre del hijo, interpretado por Moisés, es una nueva afirmación de que pertenece al pueblo hebreo. Ni Egipto ni Madián son la tierra prometida a los patriarcas.

2,22 * = Ger = Forastero.

2,23-25 La vida familiar y pacífica de Moisés va a ser interrumpida y cambiada de dirección al intervenir Dios. Cuando Moisés tomó la iniciativa, a pesar de sus nobles sentimientos, fracasó. Ahora toma Dios la iniciativa, movido por la reclamación legal de unos esclavos oprimidos.

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