EL SANTUARIO
[A]Tributos para la construcción del santuario ( 1 Re 7,13-51)
251El Señor habló a Moisés:
2-Di a los israelitas que me ofrezcan un tributo; vosotros les aceptaréis el tributo a todos los que generosamente me lo ofrezcan.
3<<Tributos que podéis aceptarles: oro, plata y bronce; 4púrpura violácea, roja y escarlata; lino y pelo de cabra; 5pieles de carnero curtidas; pieles de marsopa y maderas de acacia; 6aceite para la lámpara y perfumes para la unción y el sahumerio; 7piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.
8>>Hazme un santuario, y moraré entre ellos. 9En su construcción te ajustarás al modelo del santuario y de los utensilios que yo te mostré.
[B]El arca (Ex 37,1-9)
10>>Harás un arca de madera de acacia: ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho y setenta y cinco de alto. 11La revestirás de oro de ley por dentro y por fuera, y alrededor le aplicarás un listón de oro. 12Fundirás oro para hacer cuatro anillas, que colocarás en los cuatro ángulos, dos a cada lado. 13Harás también unos varales de madera de acacia y los revestirás de oro, 14y los meterás por las anillas laterales del arca, para poder transportarla. 15Los varales permanecerán metidos en las anillas del arca, y no se sacarán. 16Dentro del arca guardarás el documento de la alianza que te daré.
17>>Harás también una placa de oro de ley de ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho. 18En sus dos extremos harás dos querubines cincelados en oro: 19cada uno arrancará de un extremo de la placa, 20y la cubrirán con las alas extendidas hacia arriba. Estarán uno frente a otro, mirando al centro de la placa. 21Cubrirás el arca con la placa, y dentro de ella guardarás el documento de la alianza que te daré. 22Allí me encontraré contigo, y desde encima de la placa, en medio de los querubines del arca de la alianza, te diré todo lo que tienes que mandar a los israelitas.
[C] Mesa de los panes presentados (Ex 37,10-16)
23>>Harás una mesa de madera de acacia de cien centímetros de largo por cincuenta de ancho y setenta y cinco de alto; 24la revestirás de oro de ley y aplicarás alrededor un listón de oro. 25Pondrás alrededor de ella una abrazadera de un palmo, y alrededor de la abrazadera un listón de oro. 26Harás cuatro anillas de oro y las colocarás en los ángulos de las cuatro patas. 27Las anillas estarán sujetas a la abrazadera; por ellas se meterán los varales para poder transportar la mesa. 28Harás los varales de madera de acacia, los revestirás de oro y con ellos transportarás la mesa.
29>>Harás también fuentes, bandejas, jarras y copas para la libación: todo de oro de ley. 30Sobre la mesa pondrás los panes presentados, de modo que estén siempre ante mí.
[D] El candelabro (Ex 37,17-24)
31>>Harás un candelabro de oro de ley; todo cincelado: base, fuste, copas, cálices y corolas arrancarán de él. 32De sus lados arrancarán seis brazos, tres a cada lado. 33Cada brazo tendrá tres copas, como flores de almendro, con cáliz y corola; serán iguales los seis brazos que arrancan del candelabro. 34El candelabro tendrá cuatro copas, como flores de almendro, con cáliz y corola. 35Un cáliz debajo de cada pareja de brazos del candelabro; serán iguales los seis brazos del candelabro. 36Cálices y fustes arrancarán de él, todos por igual, cincelados en oro puro.
37>>Harás también siete lámparas y las pondrás sobre el candelabro, de modo que iluminen la parte delantera. 38Sus despabiladeras y ceniceros serán de oro de ley. 39Emplearás treinta kilos de oro para hacer el candelabro y todos sus utensilios. 40Te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la montaña".
Explicación.
EL SANTUARIO
Introducción
En los capítulos precedentes mucha reflexión posterior se incorporaba a las viejas tradiciones narrativas. Dicho al revés, las viejas tradiciones entraban en un contexto teológico posterior y se amoldaban mejor o peor a él. En los capítulos que siguen leemos una proyección ideal del culto israelítico a la época del desierto, del éxodo.
a) No que los nómadas desconocieran el culto: un objeto cúltico portátil es históricamente probable, una tienda de campaña reservada para ceremonias litúrgicas no es improbable. A cambio de ello, los capítulos siguientes nos ofrecen una organización calculada y prevista en detalle, una riqueza de materiales y una habilidad técnica que los nómadas no poseían, un magnífico montaje imposible o muy difícil de transportar sobre el futuro, sino la organización posterior transferida al desierto, a la alianza del Sinaí, a la institución directa de Dios.
La comunidad Judía al retorno del destierro centra su vida y su unidad en el culto de Jerusalén, pues ya no tienen un rey ni autonomía política. Dicha mentalidad, que informa también la obra del Cronista, explica la importancia y amplitud que conceden al tema quienes introdujeron estos capítulos en el relato fundacional del éxodo.
El texto nos permite distinguir dos concepciones. Una forma más simple, la tienda del encuentro. Es decir, una tienda adonde el Señor da cita a Moisés: éste acude a la tienda y Dios baja a ella; allí despachan asuntos (25,22; 29,42s; 30,6,36; 34,34). Otra compleja, el santuario o tabernáculo, donde "reside" el Señor o su gloria (25,3; 29,45). La segunda procura transformar la primera sin eliminarla del todo.
b) El culto es un modo regular y sistemático de expresar y realizar la relación del hombre, de la comunidad con su Dios. Para que funcione, para que Dios lo acepte, tiene que ser legítimo, es decir, legalmente establecido. El hombre no puede imponérselo, sólo Dios lo puede legitimar instituyéndolo directamente. Esto quieren decir los capítulos siguientes con dos o tres fórmulas divergentes o complementarias. La primera, conocida en otras culturas, es la visión de un "modelo" celeste, que Dios muestra a su mediador (25,9.40; 26,8.30;27,8; Nm 8,4); la segunda es verbal, una serie de "instrucciones" precisas, que el hombre ejecuta. Y para asegurar la ejecución, Dios comunica a los artesanos una habilidad carismática (28,3; 31,3).
c) De tienda y santuario se puede analizar la forma, la función o el simbolismo. Comentaristas pretéritos se interesaron mucho en reconstruir gráficamente el aspecto del santuario. Desde antiguo se ha interpretado como símbolo cósmico, representación del universo. O bien como símbolo del cielo, morada o palacio de Dios.
Para descubrir su función o funciones, habría que repasar textos narrativos (p. ej. 1 Re 8), proféticos (p. ej. Ez 40-49) y muchos salmos. El santuario es lugar de culto, presencia de la gloria, asilo, tribunal religioso, protección de la ciudad, etc.
Más fácil es concentrarse en la función de estos capítulos en su puesto actual. Lo más importante es que quedan radicados en la alianza, que son parte integrante de la tôrâ promulgada por Moisés, que las instalaciones y ajuar se construyen con la aportación voluntaria de todo el pueblo, que acompañarán al pueblo desde su constitución. Otra consecuencia es apoyar la centralización del culto al proyectarla a los orígenes; frente a prácticas históricas admitidas (Jue 6,18; 21,4; 1 Sm 7,16 etc).
d) Composición. El tema está dividido netamente en dos bloques: instrucciones (25-31); ejecución (35-40). En medio el episodio del becerro y varias tradiciones sobre Moisés. La ejecución es en gran parte repetición literal. Pero en el orden y en unos cuantos detalles importantes, se aparta del primer bloque.
Las disposiciones se refieren especialmente a la esfera material: espacios, materiales, utensilios, vestidos. Se mencionan ritos de consagración. El resto del ritual está recogido en Lv y Nm; muchos textos del culto se leen en el salterio.
Todo este mundo rígido, hierático, tiene sentido como expresión de actitudes profundas del hombre. Y con tal criterio hemos de orientar nuestra lectura y comprensión. Al mismo tiempo, el uso que hace de ello la carta a los Hebreos lo relativiza y lo aprovecha como iluminación del misterio de Cristo. (Nuestras explicaciones serán breves).
25,1-9 Se trata de tributos voluntarios en los que el pueblo expresa su devoción y generosidad. Muchos materiales son preciosos, algunos son de importación.
25,8 1 Re 8; Nm 8,4.
25,10-16 El arca era una caja o arcón en el que se podían guardar objetos valiosos del culto; en concreto, el protocolo de la alianza. El arca es un objeto transportable con varales. En tiempo de guerra sirve de paladión, que asegura la presencia y protección de la divinidad.
25,16 Dt 10,2.5.
25,17-22 La tapa del arca adquiere un sentido particular. Es como el solio de la presencia invisible de Dios; lugar de donde se emiten oráculos; lugar donde se expían pecados con la sangre de víctimas sacrificadas.
25,17 Rom 3,25.
25,22 Lv 1,1.
25,23-30 Los panes, que en otras religiones pueden ser alimento ofrecido a los dioses, en Israel son oferta simbólica: pan cotidiano para el Señor.
25,30 1 Sm 21,4-7.
25,31-39 La descripción del candelabro es confusa para nosotros; muchos términos son dudosos. El candelabro, además de iluminar el recinto, será interpretado como presencia vigilante del Señor (Zac 4,10).
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