domingo, 13 de marzo de 2016

ÉXODO. CAPÍTULO 30.

[A] El altar del incienso (Ex 37,25-28)

301-El altar del incienso lo harás de madera de acacia, 2de cincuenta centímetros de largo por cincuenta de ancho; será cuadrado y tendrá un metro de alto. 3De él arrancarán unos salientes. Revestirás de oro de ley la parte superior, todos sus lados y los salientes; alrededor le pondrás un listón de oro. 4Bajo el listón, en los rebordes de los dos lados opuestos, pondrás dos anillas de oro; por ellas se meterán los varales para transportar el altar. 5Harás los varales de madera de acacia, revestidos de oro. 6Colocarás el altar delante de la cortina que tapa el arca de la alianza y delante de la placa que cubre el arca de la alianza, donde me encontré contigo.
7<<Aarón quemará sobre él el incienso del sahumerio por la mañana, cuando prepare las lámparas, 8y lo mismo al atardecer, cuando las encienda. Será el incienso perpetuo que ofrecen vuestras generaciones en presencia del Señor. 9No ofreceréis sobre el altar otro incienso, ni holocaustos, ni ofrendas, ni derramaréis sobre él libación alguna.
10>>Una vez al año Aarón hará la expiación untando con la sangre de la víctima expiatoria los salientes del altar; una vez al año por todas vuestras generaciones.
>>El altar está consagrado al Señor>>.

[B] Tributo por el rescate (Ex 38,26-28)

11El Señor habló a Moisés:
12-Cuando hagas el censo completo de los israelitas, cada uno, al ser registrado, dará al Señor un rescate por sí mismo, para que no les suceda ninguna desgracia al ser registrados. 13Cada uno dará cinco gramos de plata (peso del templo, que vale veinte óbolos): el tributo al Señor será cinco gramos de plata. 14Cada uno de los registrados de veinte años para arriba pagará el tributo del Señor. 15Ni el rico pagará más de cinco gramos ni el pobre menos cuando den el tributo al Señor como rescate de sí mismos. 16Recibirás el dinero del rescate de los israelitas y lo destinarás al servicio de la tienda del encuentro: será el recordatorio de los israelitas para el Señor, como rescate de sus vidas.

[C] El barreño y su peana (Ex 38,8)

17El Señor habló a Moisés:
18-Harás el barreño para las abluciones y su peana de bronce, y lo colocarás entre la tienda del encuentro y el altar. Echarás agua en el barreño, 19para que Aarón y sus hijos se laven manos y pies. 20Cuando vayan a entrar en la tienda del encuentro, se lavarán para no morir; lo mismo harán cuando se acerquen al altar para oficiar, para quemar una oblación al Señor. 21Se lavarán los pies y las manos para no morir.
<<Ley perpetua para vosotros, para Aarón y sus descendientes, por vuestras generaciones>>.

[D] El aceite de la unción

22El Señor habló a Moisés:
23-Toma perfumes de gran precio: cinco kilos de mirra en grano, dos kilos y medio de cinamomo, dos kilos y medio de caña de olor, 24cinco kilos (pesos del templo) de acacia y tres litros y medio de aceite de oliva. 25Con estos ingredientes harás el aceite de la unción santa. Harás la mezcla según la receta del perfumista, y servirá para la unción santa. 26Untarás con él la tienda del encuentro y el arca de la alianza, 27la mesa y todos sus utensilios, el candelabro con todos sus utensilios y el altar del incienso, 28el altar de los holocaustos con sus utensilios, el barreño con sus peana. 29Todos ellos los consagrarás para que sean sacrosantos. El que los toque quedará santificado.
30<<Ungirás también a Aarón y a sus hijos para consagrarlos como sacerdotes míos. 31A los israelitas les dirás: Este será el aceite de mi unción santa en todas vuestras generaciones. 32No se derramará sobre ningún otro ni copiaréis su receta. Es santo y como tal lo habéis de tratar. 33El que haga una mezcla según esta receta y la derrame sobre un laico, será excluido de su pueblo>>.

[E] Incienso (Ex 37,29)

34El Señor dijo a Moisés:
-Toma resina aromática, ámbar, bálsamo e incienso depurado, a partes iguales, 35y según la receta del perfumista, haz con todo ello un incienso, échale sal, y serás puro y santo. 36Parte de él lo machacarás hasta reducirlo a polvo y lo tendrás delante del arca de la alianza, en la tienda del encuentro, donde me he encontraré contigo. Será para vosotros sacrosanto. 37No haréis incienso para uso personal según la misma receta. Lo consideraréis consagrado al Señor. 38El que copie la receta para perfumarse, será excluido de su pueblo.

Explicación.

30 Nos parece asistir a una consagración del universo terrestre por representación. El reino animal ofrece sus víctimas para el sacrificio y pieles protectoras. El reino vegetal se adelante con tejidos, materiales de construcción, aromas de unción, y con esa especie de holocausto vegetal que es el incienso, aroma que agrada a Dios. El reino mineral ofrece sus piedras preciosas. El pueblo, porción escogida de la humanidad, reconoce con el tributo su vasallaje sagrado.

30,11-16 Los israelitas pertenecen como pueblo al Señor. Al hacerse un censo, parece como si fueran sustraídos de dicha propiedad (2 Sm 24); culpables o expuestos a peligros en la nueva situación. Pagando un tributo simbólico, reconocen su pertenencia al Señor, la cual se ratifica dedicando el dinero al culto.

30,20-21 El peligro mortal indica que no es un acto simplemente higiénico.

30,30 Sal 133,2.

30,33.38 La pena de excomunión, o exclusión de la comunidad.

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