Maná y codornices (Nm 11; Sal 78,13s; 106,13-15; Sab 16,20-29)
161Toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin*, entre Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de salir de Egipto. 2La comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, 3diciendo:
-¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad.
4El Señor dijo a Moisés:
-Yo os haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba, a ver si guarda mi ley o no. 5El día sexto prepararán lo que hayan recogido, y será el doble de lo que recogen a diario.
6Moisés y Aarón dijeron a los israelitas:
-Esta tarde sabréis que es el Señor quien os ha sacado de Egipto, y mañana veréis la gloria del Señor. 7Ha oído de vuestras protestas contra el Señor; pues ¿qué somos nosotros para que protestéis contra nosotros? 8Esta tarde os dará de comer carne y mañana os saciará de pan; el Señor os ha oído protestar contra él; ¿nosotros qué somos? No habéis protestado contra nosotros, sino contra el Señor.
9Moisés dijo a aAarón:
-Di a la asamblea de los israelitas: Acercaos al Señor, que ha escuchado vuestras protestas.
10Mientras Aarón hablaba a la asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor, que aparecía en una nube.
11El Señor dijo a Moisés:
12-He oído las protestas de los israelitas. Diles: Hacia el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan, para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios.
13Por la tarde, una bandada de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. 14Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino parecido a la escarcha. 15Al verlo, los israelitas preguntaron:
-¿Qué es esto*?
Pues no sabían lo que era.
16Moisés les dijo:
-E sel pan que el Señor os da para comer. Estas son las órdenes del Señor: que cada uno recoja lo que pueda comer, dos litros por cabeza para todas las personas que vivan en cada tienda.
17Así lo hicieron los israelitas: unos recogieron más, otros menos. 18Y al medirlo en el celemín, no sobraba al que había recogido más, ni faltaba al que había recogido menos: había recogido cada uno lo que podía comer.
19Moisés les dijo:
-Que nadie guarde para mañana.
20Pero no le hicieron caso, sino que algunos guardaron para el día siguiente, y salieron gusanos que lo podrieron. Y Moisés se enfadó con ellos.
21Lo recogían cada mañana, cada uno lo que iba a comer, porque el calor del sol lo derretía. 22El día sexto recogían el doble, cuatro litros cada uno. Los jefes de la comunidad informaron a Moisés 23y él les contestó:
-Es lo que había dicho el Señor: mañana es sábado, descanso dedicado al Señor; coced lo que tengáis que cocer y guisad lo que tengáis que guisar, y lo que sobre, apartadlo y guardadlo para mañana.
24Ellos lo apartaron para el día siguiente, como había mandado Moisés, y no le salieron gusanos ni se pudrió.
25Moisés les dijo:
-Comedlo hoy, porque hoy es descanso dedicado al Señor, y no lo encontraréis en el campo; 26recogedlo los seis días, pues el séptimo es descanso y no lo habrá.
27El día séptimo salieron algunos a recoger y no encontraron.
28El Señor dijo a Moisés:
-¿Hasta cuándo os negaréis a cumplir mis mandatos y preceptos? 29El Señor es quien os da el descanso; por eso el día sexto os da el pan de dos días. Que cada uno se quede en su puesto sin salir de su tienda el día séptimo.
30El pueblo descansó el día séptimo.
31Los israelitas llamaron a aquella sustancia "maná": era blanca, como semillas de coriandro y sabía a galletas de miel.
32Dijo Moisés:
-Estas son las órdenes del Señor: Conserva dos litros de ellos para que las generaciones futuras puedan ver el pan que os di a comer en el desierto cuando os saqué de Egipto.
33Moisés ordenó a Aarón:
-Toma una jarra, mete en ella dos litros de maná y colócalo ante el Señor; que se conserve para las generaciones futuras.
34Aarón, según el mandato del Señor a Moisés, lo colocó ante el documento de la alianza, para que se conservase.
35Los israelitas comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Comieron maná hasta atravesar la frontera de Canaán.
Explicación.
16 El relato del maná aparece en un estado irremediable. Narrativamente no funciona, sobre todo, hasta el v.12. Se ha intentado explicarlo dividiendo fuentes (P y J): sin resultado. Se ha alterado el orden de los versos, sin base documental y con resultado insatisfactorio. Se ha reducido a un esquema recurrente, en Nm 11 y 16: se revelaban varios versos.
Por ahora vamos a imaginar que a una o dos tradiciones se han ido adhiriendo motivos colaterales, de suerte que el autor no ha logrado integrarlos armoniosamente. En resumen, es un relato no logrado. En vez de saborearlo como tal, habrá que fijarse en sus elementos.
Hemos dicho una o dos tradiciones, porque aquí se funden maná y codornices, que en Nm 11 están unidas por oposición. En Ex 16 las codornices son intrusas. El maná está descrito empíricamente: aspecto, color, sabor, propiedades; y coincide notablemente con el fenómeno conocido del árbol tamarix mannifera bajo la acción de insectos. Pero tiene propiedades maravillosas: baja del cielo como lluvia o rocío que se posa y cubre el suelo, se funde al calor del sol, le salen gusanos de noche excepto la noche del viernes, siempre se recoge la misma cantidad por persona, el viernes cae y se recoge doble cantidad, porque el sábado no cae; acompaña al pueblo por todo el desierto cuarenta años. De tan prodigioso alimento se guarda una muestra en una jarra.
Se añade la etimología popular del maná. Se resuelve el problema que induce el descanso sabático. Como ocasión, se introduce una murmuración del pueblo con sus consecuencias acostumbradas. Hay oráculos y mandatos y prueba y manifestación de la gloria y reconocimiento.
16,1 Se atribuye al autor Sacerdotal la preocupación por la topografía y cronología. * = El Espino.
16,2-3 La protesta pertenece a un esquema que se repetirá con variaciones. El primer elemento es un juicio comparativo: era mejor la esclavitud de Egipto, incluso con muerte repentina. El segundo elemento es una acusación que deforma, invierte el sentido de la salida, afirma que es para morir.
16,4-5 Se supone una súplica precedente de Moisés, a la que responde el oráculo del Señor. El oráculo tiene algo de resumen programático: el hecho en su aspecto trascendente "llueve del cielo", su función como "prueba del pueblo", la modalidad relacionada con el sábado. No menciona las codornices.
16,6-8 En términos narrativos ésta es la respuesta de Moisés a la protesta del pueblo (2-3). En el puesto actual funciona como transmisión del oráculo divino; pero añade datos que anticipan el oráculo siguiente. El hecho se articulará en dos piezas: tarde y mañana, carne y pan; la función será demostrar la validez de la salida como acción del Señor y manifestación de su gloria.
16,9-12 Aquí se aprecia más el desorden del relato. Los versos 9-10 son litúrgicos: acercarse al Señor, cómo entrar por el templo y acercarse al santuario, aparición de la gloria como momento culminante, la nube de incienso.
16,13-14 Cumplimiento del anuncio del v.8.
16,15 * = man hû.
16,16 La pregunta prepara la etimología popular del v.31. Pero Moisés da una respuesta que resuena en la Biblia, hasta el NT y después.
16,16 Jn 6,32.
16,16-20 EL mandato se refiere primero a la ración cotidiana: recogiendo el pan de cada día, el hombre expresa la confianza en que Dios le dará el pan de mañana. Y los que no confían reciben una lección. Dios aparece como el buen mayordomo que da a cada uno la ración necesaria (Sal 136,25; cfr. Mt 24,45 y Prov 31,15).
16,18 2 Cor 8,15.
16,22-30 El mandato se extiende a la observancia del sábado, que adquiere el valor del mañana privilegiado. Como da el pan, Dios da el descanso semanal y el pan anticipado para ese día ("el pan del mañana" es una traducción probable de la petición del padrenuestro: mañana escatológico).
16,26 Ex 20,9.
16,31 Nm 11,7.
16,35 Así se convierte el maná en el pan o alimento típico del desierto. Con esta noticia empalma Jos 5,10-12.
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